Se produjo un colosal incendio en el puerto de Beirut, enviando una enorme columna de humo sobre la capital libanesa. El fuego estalló en la zona franca del puerto, enviando una enorme columna de humo sobre una ciudad aún traumatizada por la explosión del 4 de agosto que mató a unas 190 personas e hirió a 6.000.
«Estábamos asustados, solo ha pasado un mes desde la explosión que destruyó Beirut. Vimos que sucedió lo mismo otra vez», dijo Andre Muarbes, de 53 años, mientras algunos distritos de la capital estaban cubiertos por una nube de humo negro.
Helicópteros del Ejército arrojaron agua sobre el fuego, mientras los bomberos luchaban contra las llamas en el terreno.
No hubo reportes inmediatos de heridos, pero el incendio dejó con los nervios de punta a una nación que enfrenta una profunda crisis económica que ha representado la mayor amenaza para la estabilidad del Líbano desde su guerra civil de 1975-1990.
El jefe de la Cruz Roja del Líbano, George Kettaneh, dijo que no había temor de otra explosión como resultado de las llamas y que no hubo heridos, aunque aclaró que algunas personas sufrían dificultad para respirar.
Imágenes de televisión mostraron a los bomberos tratando de apagar el incendio en un área rodeada por los restos de los almacenes que fueron destruidos por la explosión el mes pasado.
El estallido de agosto fue causado por un gran depósito de nitrato de amonio que se había mantenido en el puerto en malas condiciones durante años.
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