El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su par chino, Xi Jinping, acordaron mantener conversaciones regulares para garantizar que la «competencia» entre ambas potencias no se convierta en un «conflicto», informó la Casa Blanca.
Durante su primera conversación en siete meses, Biden transmitió el mensaje de que Estados Unidos quiere «que la dinámica siga siendo competitiva y que no haya ninguna situación en el futuro en la que se produzca un conflicto involuntario», informó a última hora de ayer un funcionario del Gobierno que habló bajo condición de anonimato con la agencia de noticias AFP.
En Beijing, el canal estatal CCTV reportó que la conversación había sido «sincera, profunda y extensa, sobre las relaciones China-Estados Unidos y cuestiones de interés mutuo».
Esta fue la primera llamada telefónica entre ambos líderes desde febrero, cuando hablaron durante dos horas, poco después de que Biden tomara el relevo de Donald Trump.
Las relaciones entre Estados Unidos y China cayeron en picada bajo el mandato de Trump, quien lanzó una guerra comercial entre la primera y la segunda economía del mundo.
Y el Gobierno de Biden, aunque insta al multilateralismo y al fin de la ideología de «América primero» impulsada por Trump, ha mantenido los aranceles comerciales y sigue siendo duro en otras áreas de conflicto con China, como derechos humanos y su avanzada comercial.
Sin embargo, la Casa Blanca señaló que el «impasse» diplomático es insostenible y potencialmente peligroso.
«Nos gusta la competencia, pero no queremos que esa competencia se convierta en un conflicto», dijo el funcionario estadounidense a AFP.
Según la prensa estatal china, Xi dijo a Biden que la confrontación entre las principales economías del mundo «supondría un desastre para ambos países y para el mundo».
Xi subrayó, además, que las dos partes deben continuar su diálogo sobre el cambio climático, la prevención de epidemias y la recuperación económica mundial, «respetando las diferencias».
De su lado, el funcionario de la Casa Blanca dijo que el objetivo de la llamada era que la relación entre ambos pueda ser «gestionada de forma responsable» y que las acciones de Estados Unidos no sean «malinterpretadas» por China.
«Fue un debate sobre las áreas en las que nuestros intereses convergen, y las áreas en las que nuestros intereses, valores y perspectivas divergen», contó, en tanto, la Casa Blanca.
La llamada de ayer se centró en asuntos «amplios y estratégicos», sin que se esperen decisiones concretas sobre cuestiones pendientes ni sobre una eventual celebración de una primera cumbre Biden-Xi, agregó el funcionario.
La lista de desacuerdos entre Washington y Beijing es larga y creciente.
Más allá del comercio, se está profundizando la tensión por las reivindicaciones chinas sobre Taiwán y numerosas islas en el Mar de China Meridional.
Washington también cuestiona lo que considera es la negativa de China a cooperar con una investigación internacional sobre los orígenes del virus causante de la Covid-19, que estalló primero en China antes de extenderse por todo el mundo.