El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aseguró esta semana que sus tropas se están preparando para una eventual invasión rusa desde el noroeste, a través de la frontera con Bielorrusia, país aliado de Rusia.
Pero el Ministerio de Defensa ruso advirtió este viernes que si las fuerzas ucranianas deciden “invadir” el territorio de cualquiera de los dos países, Bielorrusia podría entrar a la guerra de manera activa.
No es que hasta ahora no haya participado: Moscú usó a Bielorrusia como un trampolín para la invasión en febrero de 2022 y, de hecho, hoy todavía tiene un gran despliegue de tropas rusas listas para atacar. Incluso allí entrena a parte de sus reclutas. Pero hasta el momento los soldados bielorrusos no han entrado en combate.
De acuerdo a Aleksey Polishchuk, representante del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, los ejercicios conjuntos que se están practicando son defensivos, pero explicó que una eventual invasión tanto de su territorio como el de Rusia justificaría entrar a la guerra mediante una acción colectiva.
«Desde un punto de vista jurídico, el uso de la fuerza militar por el régimen de Kiev o la invasión del territorio de Bielorrusia o Rusia por las fuerzas armadas de Ucrania son motivos suficientes para una respuesta colectiva», afirmó.
Por su colaboración con Rusia (aunque en los papeles se sostiene que es por “violaciones a los derechos humanos” y la “opresión” del presidente Aleksandr Lukashenko), Bielorrusia también está sufriendo numerosas sanciones por parte de EEUU y Europa. Unas 200 personas y unas 35 entidades tienen restricciones económicas y de viaje.