Este viernes en Bolivia se desarrolla el cuarto día de protestas, lideradas por el expresidente de ese país, Evo Morales, bajo la consigna: «Marcha para Salvar Bolivia».
«Nuestras hermanas y hermanos, con profundo sacrificio y vocación democrática, son el sostén de esta movilización pacífica que busca soluciones a la economía, contra la corrupción y en defensa de nuestra identidad», sostuvo Evo en su cuenta de la red social X.
El exmandatario también denunció que «por primera vez en la historia de Bolivia, durante el gobierno de Luis Arce y David Choquehuanca, cuatro hermanos aymaras fueron condenados a tres años de cárcel por ejercer su derecho a la protesta».
Y aseguró que «ni siquiera los dictadores hicieron eso».
«Luis Ayala Cussi, Celso Canaza, Agustín Aliaga Cala y Miguel Mamani Maji fueron extorsionados por el gobierno y obligados a aceptar un proceso abreviado», afirmó.
Y dejó en claro que «esta es una prueba de la traición al movimiento indígena».
«De Luis Arce puede esperarse todo, pero ¿Con qué cara David Choquehuanca podrá hablar de los derechos de los Pueblos Indígenas?», planteó.
Y en consecuencia, marcó: «Exigimos que esas sentencias sean revertidas y que se otorgue libertad irrestricta a esos hermanos aymaras».
LA RESPUESTA DEL GOBIERNO
El ministro de Justicia de Bolivia, Iván Lima, aseveró que estas protestas configuran «un intento de golpe de Estado».
Por lo tanto, hizo hincapié en que «como golpista (Morales) tiene que ser procesado en la vía legal».
Y agregó: «Ahora es un ciudadano que deberá ser sometido a un proceso por las acciones que está llevando adelante».
En una entrevista a un medio local televisivo RTP, advirtió: «Esto va terminar pronto, claramente el fin de Evo Morales está llegando» y aseguró que el Gobierno «va a actuar con toda la fuerza del Estado» a fin de «frenar los intentos de ruptura democrática».
En su cuenta de X, el funcionario subrayó: «El primer día de la marcha de la muerte cierra con 13 heridos producidos en un doloroso enfrentamiento entre bolivianos registrado en la localidad de Vila Vila».
«Ese es el primer resultado de la dolorosa escalada de violencia que Evo Morales, cegado por su ambición desmedida de volver al poder, pretende imponer en Bolivia para cumplir sus oscuros objetivos», afirmó.
Y recalcó que «Morales ha ido muy lejos en su delirio y más temprano que tarde tendrá que enfrentar las consecuencias de sus tropelías».
«El Gobierno, que no lo dude nadie, actuará con la Constitución en la mano y no permitirá que el pueblo sufra más dolor, más muerte y más luto por el trastorno de un sujeto que cree que está más allá de la Ley y que no tiene límites», prometió.
Y reiteró: «¡Evo Morales, tu tiempo se ha acabado!».
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