El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, reconoció que evaluó la posibilidad de aprobar un decreto para autorizar una intervención militar en 2022, pero dejó en claro que la medida no se llevó a cabo, al tiempo que remarcó que se encuentra dentro de la Constitución.
«El ‘borrador del golpe’ se basa en la Constitución. ¿Discutir uno de los artículos de la Constitución es un crimen? ¿Se llevó adelante alguna de esas posibles propuestas?, planteó en una entrevista con el sitio web UOL.
Si se hubiese puesto en marcha el borrador del decreto, que la policía federal brasileña encontró en la residencia de un exministro de Bolsonaro, se habría efectuado un despliegue militar con el objetivo de «restaurar el orden constitucional». El documento argumentaba la necesidad de la intervención militar, ya que, afirmaba que el Tribunal Supremo y el Tribunal Superior Electoral habían tomado decisiones inconstitucionales que afectaron a las elecciones que ganó Lula.
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No obstante, Bolsonaro negó rotundamente haber planificado un golpe de Estado y aseguró que no conocía los planes presuntamente realizados por militares para matar a Lula y al juez del Supremo Alexandre de Moraes, quien lleva varias de las causas en su contra
«Hasta donde yo sé, Alexandre no sale de casa con menos de seis agentes a su lado. Eso es incluso bravuconería. Es la comidilla de alguien que tiene un gusano en la cabeza. Secuestrar, envenenar, matar. ¿Matar a Alckmin (el entonces vicepresidente electo)? No da. ¿Para qué?», planteó.
¿BOLSONARO ANALIZA UN EXILIO EN EL EXTERIOR?
El exjefe de Estado de Brasil aseveró que no está en deuda con la justicia por sus acciones, pero no desechó la posibilidad de que la Corte Suprema ordenara su detención, lo cual calificó como una «arbitrariedad» en su contra.
«Corro riesgo (de detención), sin deber nada, corro riesgo», afirmó.
«Una embajada, por lo que veo en la historia del mundo, cualquiera que se sienta perseguido puede ir allí», indicó Bolsonaro, quien sostuvo que si tuviera algo que ocultar no habría regresado de Estados Unidos en 2023, luego de viajar al país norteamericano para pasar la Navidad en vísperas de la toma de posesión de Lula.
«Ahora no puedo ir a dormir sin preocuparme porque la policía va a entrar en mi casa pronto por la mañana. Estoy corriendo riesgos sin deber nada», insistió.
«Lo voy a ser, soy un ciudadano. Soy un reo sin crimen. He sido condenado sin haber cometido ningún crimen», concluyó.