Luego de 48 horas del triunfo de Lula Da Silva, Jair Bolsonaro rompió el silencio y habló por primera vez. En un atril y con la presencia de la prensa brasileña, que lo esperó por más de una hora, Bolsonaro leyó un discurso de tres minutos en el que no reconoció la victoria de Lula.
«Quiero empezar agradeciendo a los 50 millones de brasileros que me votaron el 30 de octubre pasado», remarcó. Sobre las protestas que se llevan a cabo en distintos estados del país, consideró que son fomentadas por la «bronca» y la «indignación». Si bien indicó que «las manifestaciones pacíficas siempre serán bienvenida», dejó en claro que «nuestros métodos no pueden ser los de la izquierda y perjudicar a la población».
Luego se refirió a la presencia de su partido en el Poder Legislativo y aseguró que «nuestra robusta representación en el Congreso muestra la fuerza de nuestros valores: Dios, patria y familia«. Por lo tanto, aseveró que siempre estarán «a favor del orden y el progreso» y recalcó que «nuestros sueños están más vivos que nunca».
En ese contexto, subrayó que «siempre fui tildado de antidemocrático, pero siempre jugué dentro de la Constitución» y a modo de ejemplo, aseveró que «nunca mandé a controlar los medios y las redes». Para concluir, sostuvo que » como presidente y ciudadano seguiré cumpliendo todos los mandamientos de la Constitución».