A casi 40 días de la derrota en las elecciones, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, rompió el silencio al dirigirse a un grupo de militantes que se encontraban frente al Palacio de la Alvorada.
El líder del Partido Liberal, que culminará su mandato el próximo 1° de enero, habló el pasado viernes, aunque sigue sin reconocer abiertamente los resultados ni felicitar al nuevo mandatario electo, Luiz Inácio Lula da Silva.
“Llevo prácticamente 40 días en silencio, no es fácil. Duele, duele en el alma. Siempre he sido una persona feliz entre ustedes, hasta arriesgando mi vida entre la gente”, expresó Bolsonaro.
Con respecto a por qué no se pronunció luego de que se dieron a conocer los resultados que le daban la victoria a su contrincante, mencionó que “hace algunas semanas, si yo saliera y diera los ‘buenos días’, todo sería tergiversado, distorsionado”.
Por otro lado, envió un mensaje de apoyo a las Fuerzas Armadas, a las que consideró “esenciales” porque son “el último obstáculo contra el socialismo”. “Las Fuerzas Armadas así como yo le deben lealtad a nuestro pueblo, son las responsables por nuestra libertad”, agregó.
Bolsonaro había hablado por última vez el 2 de noviembre, cuando envió un mensaje a sus simpatizantes en medio de los bloqueos de rutas por el descontento de la victoria de Lula.
El candidato del Partido de los Trabajadores fue electo como presidente tras imponerse en el balotaje por una mínima diferencia del 50,9% de los votos contra el 49,1% que obtuvo el candidato liberal.
En cuanto a qué pasará tras su salida del poder, el actual presidente brasileño señaló que “hoy estamos viviendo un momento crucial, una encrucijada”, y remarcó a sus seguidores que “quien decide mi futuro son ustedes”.
“Nada está perdido. Debo lealtad a ustedes. Doy mi vida por mi patria”, expresó Bolsonaro, quien adelantó que buscará la unión y “alternativas”. “Si Dios quiere, todo saldrá bien en el momento oportuno”, agregó.