El presidente chileno, Gabriel Boric, recibió este lunes en una ceremonia de clausura la propuesta de nueva Constitución. El mandatario firmó el decreto para someterla a votación ciudadana en septiembre y será la votación ciudadana quien decida si la Carta Magna impuesta hace más de cuatro décadas por la dictadura cívico militar de Augusto Pinochet (1973-1990) deje de tener validez.
El texto, si bien incluye derechos sociales reclamados en las calles, también sumó polémicas en un proceso que no ha logrado subsanar la fragmentación social. En la sede del Congreso en Santiago, Boric recibió el texto redactado por los 154 miembros de la Convención Constituyente, que comenzó su trabajo el 4 de julio de 2021 de redactar una nueva Carta Magna que reemplace a la actual.
«Ha tenido que pasar mucho, muchos sacrificios de vidas para poder discutir una Constitución que nazca de un debate democrático”, dijo Boric en el antiguo edificio del Congreso en Santiago.
Este inédito proceso constitucional, democrático, paritario y con la participación de los pueblos originarios, fue una decisión de la casta política para darle un fin a las masivas manifestaciones que estallaron a partir de octubre de 2019 donde el pueblo chileno protestaba contra la desigualdad y exigía un nuevo modelo de Estado que garantizase la salud pública, la educación universal de calidad y una mejora de las pensiones.
“Creo que cumplimos con las demandas sociales, con los anhelos de la ciudadanía, lo que la gente esperaba y quería de este proceso”, dijo a la AFP Bárbara Sepúlveda, convencional del Partido Comunista.
“Es una propuesta que constituye un avance histórico en democracia y garantía de derechos sociales para nuestro país, y que además está empapada de feminismo de punta a cabo”, afirmó por su lado Alondra Carrillo, del Frente Amplio.
El próximo 4 de septiembre, en un plebiscito con sufragio obligatorio, más de 15 millones de chilenos deberán votar “Apruebo” o “Rechazo” este texto de 388 artículos. La nueva Constitución incluye un nuevo ‘Catálogo de derechos sociales’ y busca establecer un Chile plurinacional, intercultural y ecológico, con un nuevo orden político y judicial.
Para Fuad Chaín, único representante en la Convención del Partido Demócrata Cristiano (centro), el “texto falla” al generar una incertidumbre jurídica que provocará “un freno” en la economía, que impedirá la creación de nuevos sistemas de salud, pensiones y educación.
Cristian Monckeberg, convencional de derecha —que en la Convención ocupó sólo 37 de los 154 escaños, sin posibilidad de veto a las normas que debían aprobarse por dos tercios—, considera que se “desaprovechó el proceso constituyente y (la posibilidad) de haber construido algo que una y que no divida” al país.
TENSIONES Y CICATRICES
“No fue lo sencillo y amistoso que muchos hubiéramos querido y soñado. No, porque las tensiones eran más fuertes”, relató el escritor y convencional independiente Patricio Fernández.
“Las sanaciones son más largas que la simple voluntad”, agregó Fernández, sobre las peleas entre convencionales que marcaron el año de trabajo, junto a una activa campaña de desinformación en torno al borrador de las normas.
La composición política inédita de la Convención —con una derecha en minoría— le otorgó a los independientes un papel fundamental, con un total de 104 representantes, mayoritariamente ligados a la izquierda.
“El pueblo unido, avanza sin partidos”, gritó un grupo de convencionales, al finalizar el martes la última votación. El hecho despertó rabia y reproches por parte de analistas, intelectuales e historiadores. Todos vieron en ese cántico un tono divisorio y revanchista de la izquierda más radical.
“Hasta el último día intentamos levantar puentes de diálogo, pero no se escucharon, no se recogieron”, lamentó el derechista Monckeberg.
Pero los dos tercios necesarios para aprobar las normas terminaron por imponer la moderación y construir un texto que, de aprobarse, pondrá a Chile a la vanguardia en varios temas, como, por ejemplo, el derecho al aborto.
CONSTITUCIÓN DE VANGUARDIA
“Esta Constitución es de otra era. Estoy totalmente convencido de que si gana el Apruebo cuando se mire a distancia este proceso se va a ver con mucho más afecto y admiración de lo que vemos hoy día”, dice Fernández.
“Buena parte de las excentricidades, las rabietas y altisonancias no se van a ver. Lo que se va a ver es el esfuerzo de iniciar un proceso democrático como no se había visto nunca”, agregó el escritor.
La Convención innovó también al ser paritaria. Setenta y siete hombres e igual número de mujeres redactaron el texto, que incluyó también por primera vez 17 escaños indígenas, para saldar una vieja deuda con los pueblos originarios, especialmente el mapuche.
“Es el espacio más democrático que hemos conocido a lo largo de este país”, destaca la abogada y convencional mapuche Natividad Llanquileo.
El texto reconoce el concepto de plurinacionalidad y les otorga a los indígenas ciertas autonomías, especialmente en justicia.
De cara al plebiscito de septiembre, la mayoría de las encuestas le dan ventaja al “Rechazo”. Pero en momentos en que todavía no se difunde el texto final en su totalidad y la ciudadanía reconoce sentir confusión.
Publicado en colaboración con Newsweek México