El primer ministro británico, Boris Johnson, presentará el lunes la senda para salir del confinamiento de COVID-19 en Inglaterra, con la intención de reabrir gradualmente la maltrecha economía del país con la ayuda de uno de los programas de vacunación más rápidos del mundo.
Con más de 120.000 muertes, Reino Unido ha sufrido la quinta cifra oficial de muertos más alta del mundo por la pandemia y su mayor crisis económica en más de 300 años.
Sin embargo, el rápido despliegue de la campaña de vacunación más un estricto confinamiento nacional que dura casi dos meses significa que Johnson ahora puede poner en marcha una relajación gradual de las restricciones, dando prioridad al regreso a los colegios y la socialización al aire libre.
El regreso a los colegios y la socialización al aire libre serán los primeros pasos.
«Nuestras decisiones se tomarán con los datos más recientes en cada paso, y seremos cautelosos con esta estrategia para no echar a perder el progreso que hemos logrado hasta ahora», dirá Johnson, según su oficina.
Bajo la presión tanto de los políticos de su propio Partido Conservador para reactivar la economía como de los asesores científicos que temen un resurgimiento del virus si se desconfina demasiado rápido, Johnson tiene una tarea difícil por delante.
Sus intervenciones han sido mucho más cautelosas en los últimos meses y su ministro de Sanidad, Matt Hancock, dijo el domingo que a cualquier relajación, como la reapertura de las escuelas el 8 de marzo, iría seguida de un par de semanas para detectar el impacto en la población en general.
Johnson establecerá cuatro barómetros que se tendrán en cuenta antes de realizar cada nueva relajación, incluida la velocidad y el éxito del programa de inoculación, el estado de las tasas de infección y el impacto de cualquier nueva variante del virus.
Bajo la presión tanto de los políticos de su propio Partido Conservador para reactivar la economía como de los asesores científicos que temen un resurgimiento del virus si se desconfina demasiado rápido
Reino Unido actuó más rápido que gran parte de Occidente para asegurarse la obtención de vacunas y ha estado vacunando a la población a un ritmo intenso desde diciembre, una estrategia que ha impulsado la libra esterlina y los mercados de valores con la esperanza de un repunte económico.
Unos 17,6 millones de personas, más de una cuarta parte de los 67 millones de habitantes, han recibido ya una primera dosis, solo por detrás de Israel y Emiratos Árabes Unidos en vacunas por habitante. El Gobierno tiene como objetivo haber dado una primera dosis a todos los adultos para finales de julio.
Hancock también dijo que el país había logrado recientemente reducir los casos de la variante sudafricana, más infecciosa. En conjunto, los casos diarios de coronavirus rondaron los 11.000 por día la semana pasada, en comparación con un máximo de más de 80.000 a finales de diciembre.
Johnson establecerá la hoja de ruta para Inglaterra el lunes y los legisladores tendrán la oportunidad de votarla en el parlamento. Los dirigentes de Escocia, Gales e Irlanda del Norte también relajarán las restricciones en los próximos meses.
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