En el marco de la cumbre de ministro de Economía del G7, que se lleva a cabo en Japón, el titular de Hacienda de Brasil y delfín político de Luiz Inácio Lula Da Silva, Fernando Haddad, se reunió con la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen.
El tema que concentra toda la atención del encuentro es China y su avance en acuerdos comerciales con países de todo el mundo, situación que mantiene en vilo a los EEUU, mientras se tensiona cada vez más el escenario geopolítico.
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Este avance chino se evidencia muy especialmente en Latinoamérica. Tras años de “indiferencia” comercial e incluso la perspectiva de menores negocios por la aprobación de la reciente ley contra la inflación, China ha sellado acuerdos comerciales con Argentina, Paraguay, Ecuador, hay avances con Uruguay, una relación de larga data con Colombia y, además, se ha consolidado como el principal socio de Brasil fuera del Mercosur.
Por caso, Haddad abogó por un mayor uso de las monedas locales en el comercio bilateral frente al dólar estadounidense, es decir, que el comercio con China se efectúe en yuanes, tal como lo decidió Argentina y están implementando otras naciones. Pero también se refiere al intercambio con Argentina en pesos y reales mediante una especie de moneda común para el intercambio. «Para mantener una relación bilateral o negociar con otros países, no deberíamos tener que utilizar necesariamente una tercera moneda. Por tanto, debería fomentarse más el uso de monedas locales».
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Pero ese no fue el único tema en la agenda de Haddad con Yellen: el ministro brasileño le planteó su preocupación por la situación de la Argentina, vecino y aliado clave de Brasil, cuyo futuro depende en buena parte del apoyo de EEUU en la renegociación del acuerdo con el FMI.
Haddad le dijo a la funcionaria del Tesoro estadounidense que hay dos temas de enorme preocupación desde la perspectiva de Brasil y de la región: la sequía histórica que vive la Argentina, pero no solo por el impacto económico, sino también porque esta situación podría afectar el “destino político” del país, favoreciendo una eventual victoria de un Gobierno extremista.
«Estamos preocupados porque esta situación puede afectar al destino político de Argentina», afirmó literalmente Haddad, en referencia clara a la posibilidad de que un fracaso económico del Gobierno de Alberto Fernández y su ministro Sergio Massa pueda desembocar en la llegada de Javier Milei o los sectores mas extremos de Juntos por el Cambio.
El ministro de Lula, quien fue su candidato a presidente en 2018 y se especula con que pueda serlo también en 2026, señaló que las exportaciones argentinas podrían caer un 20%, y que ese faltante de dólares podría acelerar una crisis que derive en un modelo de extrema derecha, como está ocurriendo en otros países latinoamericanos, situación que debería preocuparle también a EEUU.
(Con información de Reuters)