El presidente de Brasil, Lula da Silva, fue ingresado hoy en un hospital de Brasilia para realizarse una operación de cadera a raíz de una artrosis ocasionada por el desgaste del cartílago de la cabeza del fémur, que le provocó múltiples dolores en los últimos meses.
El mandatario expresó que padece dolores constantes desde hace más de un año. No obstante, ha podido viajar muchísimas veces a diversos países desde que volvió al poder.
La operación dura dos horas y es con anestesia general. Lo que se busca es poder restablecer la función de la cadera derecha a través de una artroplastia, para lo cual se extrae la cabeza del fémur y se coloca una prótesis.
Si bien no es un procedimiento de riesgo como Lula tiene 77 años, se quedará internado hasta el martes y luego pasará tres semanas en la residencia presidencial para terminar de recuperarse.
«Tengo que tener un poco de cuidado porque la operación parece simple, pero la fisioterapia y el tratamiento dedicado son esenciales para una recuperación», contó el martes en una entrevista a la televisión y agregó: «Me cuidaré mucho. Soy muy optimista».
El jefe de Estado indicó que podrá volver a viajar al exterior a fines de noviembre y el destino serán los Emiratos Árabes Unidos para concurrir a un encuentro mundial sobre el clima COP28.
«Hasta entonces, me quedaré aquí en Brasilia. No podré tomar un avión», detalló al canal televisivo del Gobierno.
Mientras tanto el vicepresidente Geraldo Alckmin reemplazará en ciertas funciones y eventos públicos a Lula, pero según sostuvieron determinados funcionarios gubernamentales, no está planeado que pase a ser un presidente interino.
Por último, Lula explicó que retraso la operación porque quería asumir primero el cargo y así devolverle a Brasil la tranquilidad que necesitaba luego del revuelo político que causó su antecesor, Jair Bolsonaro y al mismo tiempo, volver a ubicar al país en el mundo. «Quería decirle al mundo entero que Brasil ha vuelto», remarcó.
Con información de la agencia Reuters