Este domingo 22 de octubre los argentinos concurrimos a elegir nuevo presidente. Y una de las preguntas es cómo deberá posicionarse el próximo gobierno frente a las principales cuestiones internacionales: BRICS, FMI, China, entre otros temas.
Para comprender mejor y en mayor profundidad el panorama global, Newsweek Argentina conversó con el analista internacional, Claudio Fantino.
Lo primero que señaló fue «los primeros desafíos de la Argentina son de orden local y en torno a esos desafíos, tiene que ver el posicionamiento en el mundo» por lo que sostuvo: «Si tuviera que decir el primer desafío a nivel internacional, sin haber planteado antes cuáles son los desafíos acuciantes del orden local, diría que es la necesidad de una política exterior que tenga lógica».
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«Hoy no la tiene», afirmó e indicó: «He visto una suerte de deriva con inmensas contradicciones, con vaívenes, con acercamientos a regímenes sumamente condenables, silencios que a veces se parecen a complicidades».
«Y a veces también aparecen pronunciamientos que tienen lógica y que tienen aciertos», agregó al tiempo que subrayó: «Pero en términos generales, más que una política exterior, lo que me parece haber visto es una deriva que claramente reflejaba un gobierno internamente caótico, con posiciones contrapuestas, que no han logrado afinar en puntos claves de las políticas gubernamentales».
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Por lo tanto, «creo que la política exterior argentina refleja el caos interno del gobierno actual. Por lo que se espera de un próximo gobierno es: primero supere ese caos en lo interno y segundo, le de al país una política exterior que lo haga creíble, confiable ante los demás actores internacionales».
ARGENTINA Y LOS BRICS
Usted en una entrevista con Marcelo Longobardi en Radio Rivadavia, dijo que «el debate estuvo mal barajado tanto desde el gobierno como desde la oposición», entonces, ¿cómo analiza el ingreso de Argentina a los BRICS?.
BRICS: «El debate está mal barajado desde el Gobierno y también desde la oposición»
«Los posicionamientos en el tablero internacional tienen que ser consesuados para que puedan constituir en políticas de Estado y no estar ocupando y desocupando los casilleros en razón de los gobiernos que van pasando por la Casa Rosada», remarcó y añadió: «Creo que de parte del Gobierno haber realizado este paso sin haberlo consultado con la oposición para tener un apoyo significativo, un consenso en todo el arco político es algo inaceptable y es erróneo».
«Y de parte de la oposición, me pareció erróneo las voces que salieron a decir que ni bien se hicieran cargo del gobierno iban a sacar a la Argentina del BRICS porque eso es hacer lo mismo, pero en dirección contraria«, marcó y enfatizó: «Tanto entrar como salir del BRIC debe ser una decisión consensuada, debe ser una política de Estado. Si el ingreso no lo fue y está mal, el egreso debe corregir ese error».
En consecuencia, manifestó: «Yo creo que el próximo gobierno tiene que analizar este tema con las fuerzas de la oposición, ver los pro y los contra de esa pertenencia».
En ese punto, hizo hincapié en que «puede ser una contra en el caso de avanzar en los BRICS hacia algo que lo desnaturalice respecto a su origen» y detalló: «En su origen tenía que ver con un espacio en el cual se facilitarán los vínculos comerciales y económicos, de cooperación económica, tecnológica y científica entre los países que tenían en común el rasgo de ser economías en crecimiento, economías emergentes en un proceso de aceleración importante del crecimiento».
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Es decir, «había una visión fundamentalmente pragmática y situada en los beneficios económicos, que podía tener esa participación, complementación». Acto seguido, se centró en China, que forma parte de los BRICS desde el inicio y recalcó: «No es lo mismo Hu Jintao, que presidía la República China en ese entonces que hoy Xi Jinping».
En sintesis, puntualizó que el tema «tiene que ser reanalizado el tema porque si va a significar un posicionamiento geopolítico, el tema todavía merece ser discutido y consensuado».
ARGENTINA Y LA RELACIÓN CON CHINA
«El desafío con la relación de la China de Xi Jinping, a diferencia de la relación con los gobernantes anteriores, es que Xi Jinping avanza en un choque con las potencias de Occidente, en particular con Estados Unidos, es una pulseada cada vez más feroz, más agresiva por el dominio hegemónico de los mercados mundiales».
«A medida en que esa confrontación va creciendo, hace que los países vayan cayendo de un lado o del otro», subrayó y expresó: «Cuando lo lógico para los países, sobre todo los que tienen las características de la Argentina, es negociar con todas las potencias posibles: negociar ampliamente, hacer con China todos los negocios que sean convenientes y al mismo tiempo, hacer lo mismo con Estados Unidos y con Europa».
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Pero, «el problema es que la realidad va presionando para que los países queden en opciones de hierro: enteramente aliados de China o enteramente aliados de las potencias de Occidente», explicó y adivirtió: «En este momento, que todavía no es del todo así, yo creo que países como el nuestro tienen que estar luchando para que nunca se llegue a esa instancia, defendiendo la posibildad del verdadero multilateralismo y no una bipolaridad mundial que se parezca a la confrontación este-oeste del siglo XX».
«Un verdadero multilateralismo donde los países puedan aliarse con todas las potencias en las cuestiones que les resulten convenientes», remarcó y precisó: «Comerciar libremente, hacer acuerdos económicos libremente con todos los países y no quedar sujetos porque esa nos genera una suerte de vasallaje de los países más débiles en sus alianzas con los países más fuertes».
ARGENTINA Y EL FMI
«Lo razonable de un gobierno de un país con los rasgos de Argentina con la situación que hoy tiene, es tratar de ir saliendo con la relación con el FMI pero saliendo del mejor modo posible«, aseveró y aclaró: «No saliendo mediante el incumplimiento y la ruptura» porque «sino se entró por la fuerza no se puede salir por la fuerza, debido a que, eso puede ser altamente negativo».
«Pero la aspiración tiene que ser ir saliendo de una relación que, en muchos aspectos, implica un chaleco de fuerza», enfatizó y detalló: «Si sacarse ese chaleco de fuerza es para darle rienda suelta a la irresponsabilidad política de construír déficts descomunales no va a servir para mucho, pero siempre estar sujeto a las recetas del Fondo Monetario Internacional es muy incómodo para un país».
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En conclusión, remarcó: «Acá hay dos problemas: por un lado, tener que haber recurrido a créditos del Fondo Monetario con los condicionamientos que eso implica y por otro lado, haber tenido gobiernos durante mucho tiempo de inmensa irresponsabilidad construyendo economías patológicamente deficitarias, que son también el origen del problema».
