«Esta es una tragedia que seguramente tenía un elemento de imprevisibilidad, pero también está sin duda relacionada con el deterioro del medio ambiente y la situación climática», aseguró el primer ministro, Mario Draghi.
Una avalancha provocada por el desprendimiento de una parte del glaciar de la Marmolada, el mayor de la cadena montañosa de los Dolomitas, en los Alpes italianos, causó al menos siete muertos y ocho heridos. El incidente ocurrió un día después de que se alcanzaran temperaturas récord en la cima del glaciar Marmola, de 10 ºC, debilitado por el calentamiento global, así como por la ola de calor que azotó a toda la península italiana, lo que aceleró su deshielo.
El jefe de gobierno, Mario Draghi, envió en un mensaje en Twitter “sus más sinceras condolencias” a las víctimas y sus familiares.
El desprendimiento del glaciar, sucedido este domingo 3 de julio, también dejó al menos 14 personas desaparecidas que ya están siendo buscadas por equipos de rescate.
El primer ministro italiano visitó la zona del incidente y vinculó la tragedia con el impacto del cambio climático. Mientras tanto, varios helicópteros participan en las operaciones de rescate y de vigilancia.
El desprendimiento “es consecuencia de las actuales condiciones meteorológicas. Es decir, un episodio de calor precoz que coincide con el problema del calentamiento global”, declaró a la AFP el profesor Massimo Frezzotti, del departamento de ciencias de la Universidad de Roma 3.
“Por lo que podemos ver en las imágenes, el derrumbe ha sido importante. Se puede ver que hay mucha agua porque el deshielo se ha acelerado en los Alpes. Hemos tenido un invierno extremadamente seco, con un déficit de precipitaciones del 40 al 50 por ciento. Las condiciones actuales del glaciar son característica de mediados de agosto, no de principios de julio”, según el investigador.
¿EL INCIDENTE PUEDE REPETIRSE?
Según la portavoz de los servicios de emergencia, “una avalancha de nieve, hielo y roca alcanzó la vía de acceso cuando estaban ahí varios grupos de alpinistas, algunos de los cuales fueron arrastrados”. De acuerdo al departamento de protección civil de la región de Véneto, en el noreste de Italia, “todos los equipos de protección alpina de la zona fueron movilizados”.
Según Renato Colucci, un especialista de glaciares citado por la agencia italiana AGI, el fenómeno “se repetirá”, ya que, “desde hace semanas, las temperaturas en las alturas de los Alpes están muy por encima de los indicadores habituales”.
A su vez, la fiscalía de Trento ha abierto una investigación para determinar las causas de la tragedia. Según un informe del IPCC (Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), difundido el 1 de marzo, el derretimiento del hielo y de la nieve es una de las diez principales amenazas causadas por el calentamiento global. Este perturbará los ecosistemas y amenazará algunas infraestructuras.
De acuerdo con el IPCC, los glaciares de los países escandinavos, de Europa central y del Cáucaso podrían perder entre un 60 y un 80 por ciento de su masa para finales de siglo.
La vida tradicional de pueblos como los sami de Laponia, que se dedican a la cría de renos, ya se está viendo alterada.
En Canadá y en Rusia, el deshielo del permafrost —la capa de suelo permanentemente congelado— está dificultando las actividades económicas.
El primer ministro italiano, Mario Draghi, vinculó este lunes el derrumbe “a la degradación del medioambiente y a la situación climática”, declaró tras visitar la zona.
“Esta es una tragedia que seguramente tenía un elemento de imprevisibilidad. Pero también está sin duda relacionada con el deterioro del medioambiente y la situación climática”, aseguró Draghi tras reunirse en Canazei con los equipos de rescate.
Las posibilidades de encontrar supervivientes “son casi nulas”, advirtió a la prensa el jefe de los servicios de salvamento en alta montaña de la región, Giorgio Gajer.
Publicado en colaboración con Newsweek México