Luego del escándalo por la detección en EEUU de un misterioso globo espía chino, la crisis de Taiwán y la visita del presidente Xi Jinping a Rusia para reunirse con Vladimir Putin, la tensión entre Washington y Pekín sigue creciendo y empieza a convertirse no solo en un problema diplomático, sino también militar.
En ese marco, este jueves el Gobierno chino informó que vigiló y luego alejó a un barco militar estadounidense que se encontraba ilegalmente en sus aguas territoriales, cerca de las islas Paracel, en el mar de China Meridional.
Se trataría, de acuerdo al comunicado del Comando Sur chino, del destructor USS Milius, que cuenta con misiles guiados y cuya presencia “socava la paz y la estabilidad” en esa transitada vía navegable.
Al respecto, Tian Junli, portavoz del Comando Sur, afirmó: «Las fuerzas del comando de operaciones mantendrán un alto estado de alerta en todo momento y tomarán todas las medidas necesarias para salvaguardar con determinación la soberanía y la seguridad nacionales, así como la paz y la estabilidad en el mar de China Meridional».
Pero EEUU tiene otra versión de los hechos, una nota de la 7ª Flota de la Armada estadounidense asegura que la nave efectivamente se encontraba allí realizando «operaciones rutinarias» en el mar de China Meridional, pero no en aguas territoriales chinas. Además, niega que la embarcación haya sido expulsada, como lo había informado China.
«Estados Unidos seguirá volando, navegando y operando donde lo permita el derecho internacional«, agregó la Armada.
Tras el altercado diplomático en Taiwán (con la polémica visita de la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a Taipéi), China reforzó la vigilancia y movilizó sus tropas hacia el estrecho de Taiwán, mientras lleva adelante un amplio plan para tomar posiciones en todo el Pacífico Sur.
(Con información de Reuters)
