Las tensiones entre Canadá y China vuelven a escalar tras la decisión de Beijing de ejecutar a cuatro ciudadanos canadienses, acusados por delitos relacionados con el narcotráfico.
“Hay cuatro canadienses que han sido ejecutados y, por lo tanto, condenamos enérgicamente lo sucedido”, expresó la ministra de Asuntos Exteriores canadiense, Melanie Joly, quien cuestionó el uso de la pena de muerte.
La funcionaria aseguró que, junto con el exprimer ministro Justin Trudeau, han pedido “clemencia” por sus compatriotas, además de que se ha mantenido en contacto con su familia.
Si bien no brindó muchos detalles, confirmó que eran personas con doble nacionalidad que “enfrentaban cargos relacionados con actividades criminales según China, relacionadas con las drogas”.
Joly también señaló que pedirán clemencia por otros canadienses que “enfrentan situaciones similares”. “Este es el enfoque que adoptamos en cada caso, en cada línea, y porque para mí la vida y la seguridad de los canadienses son tan importantes”, remarcó.
Por su parte, China defendió la ejecución de los ciudadanos canadienses. Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, afirmó que su país “respetó ley” en este caso.
“Combatir los delitos relacionados con las drogas es una responsabilidad común de todos los países. China es un país de derecho. Trata a los acusados de diferentes nacionalidades con igualdad, gestiona los casos con rigor y justicia, conforme a la ley, y protege los derechos legítimos de las partes y los derechos consulares canadienses conforme a la ley”, dijo en conferencia de prensa.
Al respecto, la portavoz apuntó que “Canadá debe respetar el espíritu del estado de derecho y dejar de interferir en la soberanía judicial de China”.
Las relaciones entre Canadá y China se han mantenido tensas desde 2018, cuando los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor fueron detenidos por Beijing bajo acusaciones de espionaje y representar un peligro a la seguridad nacional.
Ambos estuvieron retenidos por más de 1.000 días y fueron liberados en 2021. Desde Ottawa calificaron esto como una represalia por la detención de la directora financiera de Huawei, Meng Wanzhou, ocurrida días antes en Vancouver.