Según los datos oficiales, China es el país más poblado del mundo, con 1.400 millones de habitantes. Pero los demógrafos advirtieron que en 2022 los nacimientos caerán a mínimos históricos: de los 10,6 millones de partos de 2021 (un 11,5% menos que en 2020), pasará a menos de 10 millones este año.
Esta situación preocupa a las autoridades nacionales, que ven en este descenso poblacional una amenaza para el crecimiento de la economía que se proyecta como la mayor del mundo en la próxima década.
En ese contexto, el presidente chino, Xi Jinping, que se encuentra encabezando el Congreso del Partido Comunista Chino (el cual le confiará un tercer mandato), anunció que el país promulgará políticas para impulsar la natalidad.
«Estableceremos un sistema de políticas para impulsar la natalidad y seguiremos una estrategia nacional proactiva en respuesta al envejecimiento de la población», aseguró Xi ante los 2.300 delegados del PCC este domingo.
Este anuncio significa un giro de timón en una histórica política de control de la natalidad de China, que entre 1980 y 2015 sólo permitió a las familias tener un hijo, y en ese año se habilitó hasta tres hijos.
Pero ahora, los números marcan un declive poblacional. En 2021 la tasa de fertilidad fue de 1,16, cuando la media establecida por al OCDE para mantener una población estable es de 2,1. La tasa china en este caso es una de las más bajas del planeta.
Las medidas anticipadas por Xi no son las primeras. Durante el último año, las autoridades fueron otorgando deducciones fiscales, permisos de maternidad más largos, mejoras en el seguro médico, subsidios para la vivienda y dinero extra para quienes tengan un tercer hijo, además de una campaña contra las costosas clases particulares.
Pero el nuevo comportamiento responde a un cambio social. Según una encuesta del centro de estudios YuWa Population Research publicada en febrero, el deseo de las mujeres chinas de tener hijos es el más bajo del mundo. Entre los motivos para esa decisión enumeran los altos costos de la educación, los bajos salarios y la alta carga horaria laboral.