El Día Internacional de la Mujer, que empezó a conmemorarse por la ONU en 1975 y dos años más tarde fue proclamado por su Asamblea, encuentra sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.
Con cada época las luchas han ido cambiando. Actualmente, la violencia física, psicológica y económica es de los grandes problemas por los que las mujeres constantemente están alzando la voz y una de las exigencias cada 8 de marzo que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, un momento que está lejos de ser una celebración y sí un día más para protestar en contra de las violencias que imperan a nivel global.
ONU Mujeres es reiterativa al señalar que existe una inminente necesidad de financiación, servicios esenciales, prevención y datos que propicien respuestas mejor fundamentadas. “Poner fin a la violencia contra las mujeres es asunto de todas y todos”, sentencia y presenta cinco maneras en que se puede lograr el cambio de forma segura y efectiva.
ESCUCHAR Y CREER EN LAS SOBREVIVIENTES
Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Se debe garantizar el espacio seguro que necesita para hablar y ser escuchada. Aunque el Día Internacional de la Mujer es un escaparate para alzar la voz, no es el único día donde se debe apoyar a las mujeres.
Conviene recordar que al tratar casos de violencia sexual, la sobriedad, la vestimenta y la sexualidad de la víctima son irrelevantes. El autor es el único responsable de la agresión y debe asumir la responsabilidad por sí solo. Es necesaria la protesta contra la culpabilización de la víctima y erradicar ideas tradicionales donde se dice que las mujeres deben “evitar situaciones” que se perciban como “peligrosas”.
COMPRENDER QUÉ ES EL CONSENTIMIENTO
El consentimiento convencido es imprescindible, en todo momento. “En lugar de oír un “no”, asegúrate de oír un “sí” activo que haya sido expresado por todas las personas involucradas. Integra el consentimiento convencido en tu vida y habla de él”, explica ONU.
Frases como “se lo estaba buscando” o “los hombres así son” intentan desdibujar los límites del consentimiento sexual, culpabilizar a las víctimas y exculpar a los agresores del delito que han cometido. Puede que las personas que usan estas expresiones entiendan el consentimiento como una idea vaga, pero la definición es muy clara. Cuando se trata de consentimiento, no hay límites difusos.
INDICIOS DEL MALTRATO
Hay muchas formas de maltrato y todas ellas pueden dejar secuelas físicas y emocionales graves. “Si te preocupa una amiga que pueda estar sufriendo violencia o que se siente insegura junto a alguien, o si crees que alguien te está maltratando, pide ayuda. No estás sola”, dice el organismo, que propone que si se requiere hablar con alguien con conocimientos en el tema, ha creado una línea de ayuda con recursos disponibles en todo el mundo.
INICIAR UNA CONVERSACIÓN
La violencia contra las mujeres y las niñas constituye una violación de los derechos humanos que ha sido perpetuada durante décadas. “Es omnipresente, pero no es inevitable, a menos que permanezcamos en silencio”.
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Se puede demostrar la solidaridad con las sobrevivientes y la postura en la lucha por los derechos de las mujeres abriendo conversaciones sobre el tema en redes sociales pero también durante las manifestaciones del Día Internacional de la Mujer y en cada espacio que haya oportunidad para brindar apoyo a las mujeres que han padecido algún tipo de violencia.
OPOSICIÓN A LA CULTURA DE LA VIOLACIÓN
La cultura de la violación se da en entornos sociales que permiten que se normalice y justifique la violencia sexual, y en estos entornos se alimenta de las persistentes desigualdades de género y las actitudes sobre el género y la sexualidad. Poner nombre a la cultura de la violación es el primer paso para desterrarla.
“Cada día tenemos la oportunidad de examinar nuestros comportamientos y creencias en busca de los sesgos que permiten que siga existiendo la cultura de la violación. Piensa en cómo defines la masculinidad y la feminidad, y cómo influyen tus propios prejuicios y estereotipos”, recomienda la ONU.
Publicado en cooperación con Newsweek en Español