Desde el viernes pasado se ha reportado la muerte de al menos catorce personas, además de que cerca de un centenar han sido lesionadas en la ciudad de Cali, durante las manifestaciones que comenzaron el 28 de abril en Colombia para protestar por un proyecto de reforma fiscal del actual gobierno.
Ante la respuesta popular, la propuesta legislativa fue retirada, pero las movilizaciones continuaron para poner de manifiesto otras inconformidades por distintas problemáticas que afectan a la población. Las últimas víctimas se suman a decenas más en distintas partes del país y, según despachos de prensa y las organizaciones de derechos humanos, “la cifra de fallecidos a causa de la actuación violenta de las fuerzas de seguridad superaría los 50”, informó la ONU.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, expresó este domingo su profunda preocupación por los acontecimientos ocurridos en Cali y explicó que 54 de los muertos y lesionados registrados se debieron al uso de armas de fuego.
Por su parte, el secretario general de la ONU en colombia, Carlos Ruiz Massieu, expresó por medio de un comunicado: “He estado siguiendo los últimos acontecimientos en Colombia muy de cerca y con una gran preocupación. “Tras un mes de protestas y de movilización social seguimos siendo testigos del clamor ciudadano.
Los graves acontecimientos en Cali y en otras ciudades y departamentos evidencian la necesidad de fortalecer el diálogo como instrumento fundamental para resolver los conflictos”. Ruiz Massieu hizo un llamado a todos los actores a prevenir y eliminar la violencia y hacer todo lo posible para disminuir las tensiones y evitar su escalamiento.
“En cualquier circunstancia, incluso en las más difíciles, tenemos que impulsar el diálogo”. Además dijo que consolidar una paz estable y duradera en el país es su mayor deseo “y, estoy seguro, el de todos los colombianos”.
Publicado en cooperación con Newsweek