Este jueves por la noche se llevó a cabo en Brasil el último debate público televisado (a través de TV Globo) entre los candidatos a la presidencia antes de la primera vuelta electoral, que se llevará a cabo este domingo.
Según los últimos sondeos, Luiz Inácio Lula Da Silva está cerca de alcanzar el 50% de los votos que necesita superar para imponerse de manera directa, seguido por el presidente Jair Bolsonaro, quien va por su reelección, a al menos 10 puntos.
Este escenario marcó las estrategias de cada uno de los candidatos en un encuentro signado por las agresiones personales: Lula buscó hacer foco en las deficiencias de la gestión económica del mandatario y en su promesa de recomposición del tejido social; Bolsonaro, en la corrupción durante la gestión de su competidor e incluso lo acusó de ser cómplice de un asesinato.
En el momento más álgido de la discusión, el presidente llamó a Lula “mentiroso, expresidiario y traidor de la patria” y lo señaló por haber liderado una “cleptocracia” durante su gobierno. “Lo que está en juego es el futuro de una nación. No podemos volver a una fase donde había una robareda. Lula fue jefe de una gran organización criminal», aseguró.
“En mi gobierno no hubo corrupción”, sostuvo Bolsonaro para diferenciarse del expresidente, que contraatacó: “¿Él habla de asociación ilícita? Necesita mirarse al espejo y ver qué está pasando en su gobierno. Respeta a quién está mirando, te está mirando tu hija de 10 años, no mientas”.
Como se señalaba, Bolsonaro sugirió también que el líder del PT habría estado involucrado en el asesinato del exalcalde de Santa André, Celso Daniel, quien fue secuestrado y ejecutado en enero de 2002 mientras ejercía su cargo. Se sospechaba que a través de los contratistas de su municipio se desviaban fondos para el PT.
En respuesta, Lula lo llamó “mentiroso”, le pidió “un mínimo de honestidad” y le dijo que el 2 de octubre lo iba a “mandar a su casa”. “Celso Daniel era mi amigo, fue llamado a la alcaldía para coordinar mi programa de gobierno de 2002. ¿Ahora, usted culpa a Lula de la muerte de Celso Daniel? Sea responsable. Es insano que hable con esa desfachatez”, contestó.
La corrupción fue un eje central de todo el debate, del que también participaron el exfuncionario de Lula Ciro Gomes (del Partido Democrático Laborista/PDT); Luiz Felipe D’Ávila (Novo, de centro); Simone Tebet (Movimiento Democrático Brasileño/MDB, también de centro); Soraya Thronicke (União Brasil, de la centroderecha); y el padre Kelmon Luis da Silva Souza (PTB, derecha), que se muestra con 0% de intención de voto, pero apoya a Bolsonaro desde un núcleo religioso. Solo participaron aquellos candidatos que cuentan con una representación parlamentaria.
Gomes, el tercero en las encuestas con un 7%, busca quedarse con una fracción de los votos ideológicamente cercanos al PT, pero disconformes con la figura de Lula. Y para ello hizo equilibrio entre las críticas a Bolsonaro y la denuncia de la corrupción en la gestión de la que participó de 2003 a 2010.
Pero Gomes se sumó a Lula al cuestionar la presunta corrupción de Bolsonaro: le preguntaron por la compra de 51 inmuebles en efectivo por US$ 5 millones durante los últimos 30 años, además de otros supuestos ilícitos vinculados a la adquisición de vacunas o a los sobornos en oro por parte de su Ministerio de Educación probados por la Justicia.
Devolviendo el ataque, el presidente afirmó que los gobernadores del PT en el Nordeste desviaron fondos durante la compra de respiradores, en medio de la emergencia sanitaria (se defendió también así de las acusaciones de ser responsable de la muerte de 700.000 personas durante la pandemia).
Bolsonaro contó con el apoyo permanente del padre Kelmon, que permanentemente cargó contra la corrupción de Lula y dijo que la izquierda “destruye las mentes de los jóvenes en la universidad”. En un punto del debate, el líder del PT lo cruzó: “Usted es un testaferro de Bolsonaro en este debate, ni siquiera es sacerdote, estás disfrazado de sacerdote, no debería estar aquí”.
Como se ve, poco se debatió sobre ideas. Inclusive, Trhonicke, exaliada de bolsonaro, le preguntó al mandatario si está dispuesto a aceptar una eventual derrota este domingo y si se vacunó contra el COVID-19, pero el presidente no respondió. La única promesa de Bolsonaro fue mantener los planes sociales que otorgó recientemente bajo el nombre de “Auxilio Brasil”.
En ese sentido, la pobreza, que alcanza cifras sumamente altas actualmente en el país, sí fue un tema mencionado desde distintos puntos de vista. Todos criticaron a Bolsonaro, algo obvio dado que es el mandatario en ejercicio, pero Gomes también acusó a Lula de haber permitido una concentración económica. “Ciro, vos estás nervioso. Viviste mi gobierno como el mayor gobierno de conquista social de la historia en el que todos ganaron dinero«, fue la respuesta.
Y eso se entrelazó con el manejo del presupuesto, un tema central para la próxima administración. Ya en el debate de agosto habían criticado a Bolsonaro por delegar parte del control de la caja estatal en el Congreso, cuando esa atribución es del Ejecutivo. Bolsonaro defendió el llamado “presupuesto secreto” que maneja un grupo de legisladores y que incluye el manejo nada menos que de Petrobras. “Yo no soy un dictador”, se excusó Bolsonaro para justificar la entrega de esa caja pública.
En caso de que Lula no supere por un voto el 50% de los escaños, habrá segunda vuelta el 30 de octubre. El debate fue el último acto oficial de campaña antes de la veda. Este viernes y sábado los candidatos podrán participar de caminatas pero no liderar o hablar en actos.