Rusia y Estados Unidos mantuvieron recientemente un extenso encuentro en Riad, en el que discutieron posibles caminos para reducir la tensión por la guerra en Ucrania. Las delegaciones enviaron informes a sus respectivos gobiernos, que ahora analizan lo conversado para definir los próximos pasos.
Desde el Kremlin, el vocero Dmitry Peskov aclaró que se trató de conversaciones técnicas y que su contenido no se haría público. “No debería esperarse que así sea”, afirmó en una rueda de prensa.
Sin embargo, el negociador ruso Grigory Karasin brindó más detalles y calificó las discusiones como “muy útiles”, aunque reconoció que aún hay importantes diferencias. Adelantó que Moscú buscará incorporar a la ONU y a otros países en futuras rondas. “No fue un diálogo fácil, pero sí útil para ambas partes”, afirmó tras más de 12 horas de reuniones en un hotel de lujo de la capital saudita, en el marco de un esfuerzo diplomático liderado por Donald Trump.
Durante las conversaciones, también surgió la posibilidad de reactivar la Iniciativa del Mar Negro, un acuerdo que en 2022 permitió exportaciones de grano desde Ucrania con mediación de la ONU y Turquía, pero que Rusia abandonó en 2023 por incumplimientos atribuidos a Occidente. Según Peskov, Putin aceptó retomar el tema a propuesta de Trump, lo que reavivó el debate sobre la seguridad alimentaria global en medio del conflicto.
En paralelo, la situación en el terreno se mantuvo tensa. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky denunció un nuevo ataque ruso con misiles sobre la ciudad de Sumy, que dejó al menos 89 heridos, incluidos 17 menores.
A su vez, medios rusos informaron la muerte de dos periodistas y un conductor en una zona de combate. Las delegaciones ucraniana y estadounidense prolongaron su estadía en Riad para mantener una segunda reunión bilateral, lo que sugiere avances en la negociación.
El enviado de Trump, Steve Witkoff, expresó optimismo y habló de posibles progresos hacia un alto el fuego marítimo, mientras Ucrania y Washington trabajan en una propuesta más amplia de tregua, que incluiría instalaciones energéticas y rutas navales.
En paralelo, Reino Unido y Francia iniciaron conversaciones sobre un eventual despliegue de tropas, con el respaldo del primer ministro Keir Starmer y el presidente Emmanuel Macron, aunque aún no se definió qué forma tomaría esa intervención internacional.
