Por su política de aislamiento, Corea del Norte fue uno de los últimos países en registrar casos de COVID-19. Recién en mayo último se informó del primer caso y del inicio del brote, impulsado por la variante Ómicron.
Según KCNA, la agencia de noticias oficial de ese país, el líder norcoreano, Kim Jong-un, declaró su victoria en la “guerra contra la maligna enfermedad pandémica”, y ordenó flexibilizar las medidas preventivas.
Las declaraciones fueron realizadas durante un encuentro con trabajadores sanitarios y científicos, en el que Kim enfatizó que ese triunfo “quedará grabado en la historia” mundial.
Cabe señalar que Pyongyang activó para ello «un sistema de prevención epidémica de máxima emergencia«, a pesar de las deficiencias del país en términos de detección (de hecho, sus informes hablan de “pacientes con fiebre” y no con “Covid”, ya que no tiene elementos suficientes para el diagnóstico) y de tratamiento.
Desde el 29 de julio no se reportaron nuevos casos en un país que no cuenta con vacunas ni respiradores.
«La victoria de nuestro pueblo es un acontecimiento histórico que una vez más demuestra al mundo la grandeza de nuestro Estado, la indomable tenacidad de nuestra gente y las bonitas costumbres nacionales de las que estamos orgullosos», dijo Kim, según KCNA.
UN ASUNTO PERSONAL
En ese mismo acto, habló la hermana y pieza clave del Gobierno de Kim, Kim Yo-jong, quien contó que el propio líder tuvo Covid y logró recuperarse.
“Sufrió fiebre alta durante los días de esta guerra de cuarentena, pero no podía quedarse tumbado ni por un momento porque pensaba en la gente de la que era responsable», relató, en lo que fue la primera oportunidad en que se hace alguna mención sobre la salud de Kim, la cual ha sido objeto de numerosos rumores.
Pero, además, Kim Yo-jong culpó a Corea del Sur por la llegada del virus a su territorio: aseguró que Seúl permitió que activistas lanzaran globos con propaganda estadounidense hacia territorio norcoreano, y que esos globos transportaron el virus.
En en ese sentido, acusó al Gobierno surcoreano de cometer un «crimen contra la humanidad» y prometió tomar represalias. “Responderemos no sólo erradicando el virus, sino también a las autoridades surcoreanas«, amenazó, de acuerdo a lo informado por AFP.
Corea del Sur respondió que esas afirmaciones no tenían ningún fundamento y lamentó los comentarios “irrespetuosos y amenazantes”. Según los analistas, esta situación podría ser aprovechada para justificar un potencial ataque militar o la aceleración de un programa de armas nucleares.
