Los anticuerpos contra el nuevo coronavirus disminuyeron rápidamente en la población británica durante el verano boreal, mostró el martes un estudio, lo que sugiere que la protección tras un contagio no sería duradera y plantea la posibilidad de una reducción de la inmunidad en la población.
Científicos del Imperial College de Londres han seguido los niveles de anticuerpos en la población británica luego de la primera ola de infecciones de COVID-19 en marzo y abril.
Su estudio encontró que la prevalencia de anticuerpos cayó desde 6% de la población alrededor de fines de junio a solo un 4,4% en septiembre. Eso plantea la posibilidad de una inmunidad decreciente en la población de cara a una segunda ola de infecciones que ha forzado a aplicar confinamientos y restricciones locales en las últimas semanas.
«Parecería que la inmunidad disminuye al mismo ritmo que los anticuerpos», sostiene el estudio.
Aunque la inmunidad al SARS-CoV-2 es un área compleja y opaca, y podría ser asistida por células T, así como células B que pueden estimular la rápida producción de anticuerpos tras una nueva exposición al virus, investigadores indicaron que experiencias con otros coronavirus sugiere que la inmunidad podría no ser duradera.
«Podemos ver los anticuerpos, podemos verlos disminuir y sabemos que los anticuerpos por sí mismos son bastante protectores», dijo a periodistas Wendy Barclay, jefa del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Imperial College de Londres.
«En el balance de la evidencia, diría que, con lo que sabemos sobre otros coronavirus, parecería que la inmunidad disminuye al mismo ritmo que los anticuerpos, y esto es una indicación de una inmunidad menguante a nivel de la población».
A quienes se les confirmó la infección de COVID-19 con un examen PCR de estándar dorado tuvieron un declive menos pronunciado de anticuerpos, en comparación a la gente que tuvo casos asintomáticos o que no supo de su infección original.
No se observaron cambios en los niveles de anticuerpos en los trabajadores de la salud, posiblemente debido a la exposición repetida al virus.
Los hallazgos de Imperial College se publicaron como un paper aún no impreso y no han sido revisados por pares.
Barclay dijo que la rápida disminución de los anticuerpos de la infección no necesariamente tiene implicaciones para la eficacia de las vacunas candidatas actualmente en ensayos clínicos.
«Una buena vacuna puede ser mejor que la inmunidad natural», afirmó.