Documentos recientemente publicados muestran que el gobierno de Boris Johnson ignoró el consejo de sus principales asesores científicos de imponer un confinamiento nacional de dos o tres semanas para evitar un aumento exponencial de los casos de Covid-19 que podrían tener consecuencias desastrosas.
Las actas de la reunión del Grupo Asesor Científico para Emergencias (SAGE) del 21 de septiembre dejan por sentado que se recomendó a los ministros que «consideren la introducción inmediata» de un paquete de posibles restricciones, que incluía un confinamiento para que el virus regresara a niveles manejables además de cerrar todos los bares, restaurantes, cafés y gimnasios y hacer virtual la educación universitaria.
También se pidió al gobierno que dijera a la gente que debía trabajar desde casa, que fue la única medida adoptada por el primer ministro al día siguiente. El grupo había advertido que si no se evitaba una segunda ola del virus, la enfermedad recaería desproporcionadamente sobre los más frágiles de la sociedad, pero también sobre los de menores ingresos y las comunidades negras, asiáticas y étnicas minoritarias (BAME).
Los expertos también dijeron: «Cuanto más rápidamente se implementen las intervenciones y cuanto más estrictas sean, más rápida será la reducción de la incidencia y la prevalencia y mayor será la reducción de las muertes relacionadas con el Covid. Se necesitan medidas tanto locales como nacionales».
Los casos de coronavirus han aumentado en todo el país, y Johnson le dijo al parlamento que se habían cuadriplicado en las últimas tres semanas.
La publicación del documento se produjo después de que Johnson informara al país el lunes sobre un nuevo sistema de alerta Covid de tres niveles para Inglaterra, que adaptaría las intervenciones de acuerdo con la gravedad del brote en cada área. Los expertos también advirtieron que la adopción de las medidas inmediatas que había recomendado podrían retrasar la epidemia 28 días si se cumplía bien y agregaron que podrían ser necesarias más interrupciones para mantener bajos los casos durante el invierno.
Los casos han aumentado en todo el país, y Johnson le dijo al parlamento que se habían cuadriplicado en las últimas tres semanas. SAGE también reconoció que su asesoramiento tendría un impacto negativo en la economía, así como posibles consecuencias no relacionadas con Covid-19 para la salud pública. Los críticos han argumentado que las preocupaciones económicas pueden haber superado a las de la salud pública.
El opositor Partido Laborista dijo que los documentos son alarmantes, y el secretario de Salud “en la sombra”, Jon Ashworth, dijo que si estuviera en el gobierno, el partido seguiría los consejos científicos. Le dijo a BBC Radio 4: «Si yo fuera el secretario de Estado, siempre seguiríamos el consejo científico. Lo que necesitamos entender es por qué se rechazó el consejo científico».
El secretario de Comunidades del Reino Unido, Robert Jenrick, defendió la decisión del gobierno de ignorar el consejo de SAGE . Dijo: «Estas no son decisiones fáciles. Pero el primer ministro tiene que equilibrar la protección de la vida de las personas y el NHS del virus, al mismo tiempo que prioriza las cosas que nos importan como una sociedad, como la educación, y mantener a la mayor cantidad posible de personas empleadas». Agregó que el gobierno estaba tratando de evitar un cierre nacional que dañaría la vida de las personas. Mientras tanto, Chris Whitty, director médico de Inglaterra, dijo que «no estaba seguro» de que el nivel básico de restricciones en áreas de alerta «muy alta» sería suficiente para superarlo, y alentó a los líderes locales a ir más allá.
La región de la ciudad de Liverpool en el noroeste de Inglaterra, que se ha colocado en el nivel de alerta más alto bajo el nuevo sistema de Johnson, debe cerrar pubs, bares, tiendas de apuestas, gimnasios, centros de ocio y casinos a partir del miércoles.
Publicado en colaboración con Newsweek
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