Una ola de detenciones «por motivos de seguridad», que alcanzó al expríncipe heredero, sacudió hoy el corazón de la monarquía de Jordania y provocó el repudio de la reina Noor y una desmentida del Ejército, que, sin embargo, acusó al miembro de la familia real de «movimientos y actividades que atentan contra la seguridad y estabilidad del país».
La crisis estalló anoche cuando el hermanastro del rey Abdallah II de Jordania, el príncipe Hamza, anunció que había sido puesto bajo «arresto domiciliario» en su palacio de Amán, tras ser acusado por el Ejército de actividades contra «la seguridad del reino».
En un video enviado a la BBC por su abogado, el príncipe jordano dijo que el jefe del Estado Mayor del Ejército había visitado su casa y le había dicho que «no podía salir».
El príncipe Hamza negó haber participado en un complot y acusó a las autoridades de su país de «corrupción» e «incompetencia».
«Yo no soy el responsable del colapso de la gobernabilidad, la corrupción y la incompetencia que ha prevalecido en nuestra estructura de gobierno durante los últimos 15 a 20 años y que ha ido empeorando. Y no soy responsable de la falta de fe que la gente tiene en sus instituciones», agregó Hamza, de 41 años y príncipe heredero entre 1999 y 2004.
«Ha llegado a un punto en el que nadie puede hablar o expresar su opinión sobre nada sin ser intimidado, arrestado, acosado y amenazado», concluyó.
Hamza es el hijo mayor del rey Husein y de su esposa estadounidense, la reina Noor, nacida como Lisa Halaby.
De acuerdo con los deseos de su padre, fallecido en 1999, fue nombrado príncipe heredero cuando Abdalá se convirtió en rey, pero en 2004, Abdallah II le retiró el título y se lo dio a su hijo mayor Husein.
Hoy, bien temprano, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Yousef Huneiti, se refirió al tema, negó la detención del príncipe Hamza, aunque sí le pidió públicamente que cese «movimientos y actividades que atenten contra la seguridad y la estabilidad de Jordania», según reprodujo la agencia de noticias nacional Petra, citada por la agencia AFP.
«Todas las medidas que se tomaron estaban dentro del marco de la ley y tras una investigación exhaustiva», añadió.
Las autoridades jordanas sí reconocieron, en cambio, la detención «por motivos de seguridad» de varias personas, entre ellas a un exasesor del actual rey Basem Awadala, un viejo confidente Abdallah II y antiguo ministro de Finanzas, y un miembro de la familia real identificado como Sharif Hasan Ben Zaid.
Ante la acusación pública del Ejército y la lluvia de rumores, la reina Noor salió en defensa de su hijo en Twitter: «Rezo para que la verdad y la justicia prevalezcan para todas las víctimas inocentes de esta calumnia malvada».
El palacio real jordano todavía no comentó la situación pero una fuente gubernamental dijo hoy al canal de televisión oficial Al Mamlaka que las autoridades competentes emitirían en las próximas horas un comunicado aclarando los hechos.
Al Rai, el único periódico oficial que se refirió a la actual crisis, publicó hoy en su portada una defensa al príncipe y afirmó: «Los intereses superiores del reino, la seguridad y la estabilidad eran una línea roja que no debía cruzarse».
«Algunas personas están tratando de imaginar un intento de golpe de Estado en Jordania y están tratando de implicar al príncipe Hamza», continuó Al Rai.
El periódico afirmó que «algunas de las acciones del príncipe [Hamza] se han utilizado deliberadamente para perjudicar la seguridad y la estabilidad de Jordania».
El Reino de Jordania, que celebrará su centenario el próximo domingo, es uno de los principales aliados de Estados Unidos en la región, uno de los pocos Estados árabes que reconocen a Israel en Medio oriente y un país cada vez más dependiente de la ayuda externa, no solo bilateral, sino también del Fondo Monetario Internacional.