Alemania atraviesa una crisis política: el canicller, Olaf Scholz, comunicó la ruptura de la coalición de gobierno, integrada por socialdemocrátas, verdes y liberales.
La decisión que desencadenó este quiebre fue la destitución del ministro de Finanzas, Christian Lindner, de tendencia liberal.
En una conferencia de prensa en Berlín, el diplomático sostuvo: «He pedido al presidente de Alemania ahora mismo el cese del ministro de Finanzas» y aseguró que «es un paso para apartar a nuestro país de los daños».
«Hace falta un Gobierno capaz de actuar y de tomar las decisiones necesarias para nuestro país», remarcó.
Además, adelantó que le solicitará un voto de confianza al Parlamento el 15 de enero, luego de lo cual se podrían llevar a cabo elecciones anticipadas en marzo.
Explicó que en la primera sesión del 2025 se someterá a una cuestión de confianza para que los diputados decidan «si abren el camino a elecciones anticipadas».
Los líderes de los tres partidos tuvieron una serie de reuniones con el objetivo de salvar la economía alemana que atraviesa su segundo año de recesión y también poder acordar el Presupuesto 2025. Pero estos encuentros no tuvieron éxito, ya que, las posiciones sobre qué hacer son muy diversas.
El canciller, que es socialdemócrata, subrayó que en esas convocatorias presentó una iniciativa a fin de darle impulso a la economía, la cual contenía puntos que Linder apoyaba. Pero afirmó que el ministro de Finanzas no mostró ningún tipo de predisposición, por lo que le atribuyó al funcionario los términos «egoísmo» e «irresponsabilidad».
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Por lo tanto, aseveró que «no hay una base de confianza para seguir cooperando» y precisó distintos momentos en los que el ministro entorpeció la tarea del Poder Ejecutivo durante estos últimos tres años.
«Ha roto mi confianza demasiadas veces… En estas circunstancias no es posible un trabajo serio de gobierno», sentenció.
Luego puso el foco en el panorama mundial y consideró que con el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, con las dos guerras, en Ucrania y en Medio Oriente, que ponen en jaque la seguridad de Europa, se necesita certidumbre y continuar invirtiendo en «seguridad y fortaleza».
Scholz afirmó que no elegirá entre el apoyo a Ucrania y la inversión en seguridad, por un lado, y el Estado de bienestar por el otro, como acorde a lo que aseveró, pretendía Lindner, por lo que se refirió a un falso dilema que es «veneno» para la democracia.
«El Gobierno no solo tiene el derecho de actuar, actuar es su deber», enfatizó.