Las vacunas contra covid-19 utilizan una tecnología denominada “ARN mensajero” que es “el software biológico” o el “código” que se traduce en proteínas, según explica John Cooke, director médico del Centro Terapéutico de ARN del Hospital Houston Methodist.
“El ADN es lo que compone nuestros cromosomas o material genético, es el modelo de quiénes somos y debe mantenerse muy seguro, por lo cual se mantiene bajo llave dentro del núcleo de la célula. Hay que pensar en el ADN como un libro muy importante, si necesitamos revisar una página, no copiamos todo el libro, sólo esa página.
Entonces esa copia es el ARN”, explica Cooke. Respecto a las vacunas que utilizan ARN mensajero, Cooke aseguró que “la vacuna de ARN de Moderna y Pfizer son muy similares y, nuevamente, para explicarlo de forma sencilla, se tomaron algunas páginas del gran libro de ADN del coronavirus y se sacó una copia a las proteínas de pico del virus usando el ARN mensajero”.
Vía comunicado de prensa, el especialista insiste en que las proteínas del cuerpo humano se traducen desde el código de ARN, el cual es una copia de una pequeña porción del ADN.
“Este ARN mensajero se encuentra en la vacuna que es inyectada en el hombro y luego las células lo traducen en la proteína de pico del virus (también conocida como proteína spike), la cual es percibida por el cuerpo como un agente extraño e inicia una respuesta inmune. Los glóbulos blancos del cuerpo reaccionan ante esta proteína ‘extraña’ produciendo anticuerpos o atacando las células que producen la proteína de pico”, aclara.
La importancia del ARN radica en que es la primera vez que se autoriza el uso de este código genético como terapia, ya que además de que el tiempo de fabricación se reduce notablemente, también ha permitido atender una epidemia o abordar una pandemia de las proporciones en que se ha presentado el covid-19, subraya el comunicado del Hospital.
“Las vacunas de ARN parecen ser extremadamente efectivas y, hasta ahora, todas las variantes del virus parecen responder de manera muy efectiva a la vacuna. Si se encuentra en un futuro una variante que no responda a la vacuna actual de ARN, se podría diseñar muy rápidamente usando una secuencia de dicha variante. Esto es una gran ventaja que nos puede poner un paso adelante del virus”, anota Cooke.
El futuro de las vacunas a partir de ARN es prometedor, escribe el especialista del Hospital Houston Methodist, ya que éstas “han demostrado que podemos obtenerlas más rápido con la tecnología de ARN. Incluso se podría desarrollar una vacuna multivalente, con lo cual, con una sola dosis podría protegernos contra múltiples virus de diversa índole”.
Una gran noticia es que las posibilidades terapéuticas del ARN mensajero van mucho más allá de la fabricación de vacunas. En un futuro próximo es muy posible que se pueda tratar el cáncer, problemas gástricos, enfermedades cardiovasculares y una gran variedad de infecciones también a través de la tecnología de ARN.
Con este contexto, el Hospital Houston Methodist creó el primer Centro Terapéutico de ARN que puede producir “ARN de grado clínico” para desarrollar vacunas que permitan el tratamiento de otras enfermedades distintas al covid-19.
“Estamos interesados en fabricar fármacos de ARN que mejoren la vida de las personas de una manera muy efectiva y muy segura. También podremos ayudar a las empresas farmacéuticas para purificar, validar y entregar ARN para ensayos clínicos diversos”, lanza Cooke.
Publicado en cooperación con Newsweek/ Published in collaboration with Newsweek
