Durante su campaña, se presentó a sí mismo como “el hijo de un don nadie”, y logró que se identificaran con él millones de otros con su mismo pasado. Pero William Ruto ya no es aquel niño que iba a la escuela descalzo y vendía pollos en las rutas de Kenia. Hoy, a los 55 años, es uno de los mayores millonarios del país y acaba de ser elegido presidente.
Este lunes, Ruto fue finalmente declarado ganador de las elecciones que se llevaron a cabo el 9 de agosto. En un clima de tensión y con la siempre latente posibilidad de un baño de sangre, obtuvo el 55,49% de los votos (algo así como 200.000 sufragios), frente a su rival, Raila Odinga (el candidato del oficialismo actual, liderado por el presidente Uhuru Kenyatta), que se quedó con el 48,85%. Votó aproximadamente el 65% del padrón, la cifra más baja en 20 años de democracia.
William Samoei Arap Ruto nació el 21 de diciembre de 1966 en Sambut (una aldea del oeste del país, en el valle del Rift) y creció en el seno de una familia muy humilde. Él mismo lo narró así: «Mi padre me compró mi primer par de zapatos en 1981 de un tal señor Onyango en la calle». Y contó también que de niño solía vender pollos en las polvorientas carreteras para sobrevivir, tanto él como su familia.
Pese a ello, pudo estudiar. En 1990 se graduó en Botánica y Zoología, en la Universidad de Nairobi, y trabajó como maestro. Poco después, en 1992 entró en política: fue tesorero del ala juvenil de la Unión Nacional Africana de Kenia (KANU), partido del entonces presidente, Daniel Arap Moi.
Por aquel entonces, hace más de treinta años, se casó con Rachel Chebet, con quien tiene seis hijos.
Escaló peldaños dentro del partido y en 1997 logró su primer banca en el Parlamento, en representación del distrito de Eldoret North. Ese fue el gran paso que lo catapultó a la vicepresidencia en 2013, acompañando a quien hoy le cederá el mando, Uhuru Kenyatta.
Ambos se habían enfrentado en las elecciones de 2007 y fueron acusados de crímenes contra la humanidad por parte de la Corte Penal Internacional (CPI), por incentivar a un baño de sangre que dejó más de 1.200 víctimas fatales. La unión para 2013 apuntaba a deslindar esas responsabilidades.
Para estas elecciones, el foco de la campaña de Rutu estuvo puesto en ese mensaje de esperanza en una movilidad social que lo tiene como ejemplo. Sus rivales lo acusan de populista por esto y por acuñar frases como “nación de buscavidas”, que hacen referencia a la falta de expectativas para millones de jóvenes, y la propuesta de construir una política “de abajo hacia arriba”.
Pero, ¿cómo logró Rutu convertirse en uno de los mayores magnates de Kenia? El chico que venía pollos en la ruta hoy tiene más de 3.000 hectáreas de tierra en tres condados, cinco helicópteros, dos hangares, dos hoteles, tres residencias privadas, una compañía de gas y una granja avícola, entre muchos otros activos.
En su ya extensa carrera, acumula un amplio archivo de denuncias en su contra por corrupción (además de la mencionada acusación por crímenes contra la humanidad). Y sus opositores hacen foco justamente en las sospechas sobre su fortuna y en el contraste con su campaña a favor de los humildes.
Por ejemplo, fue suspendido en 2010 como ministro de Educación Superior, acusado de haber recibido unos 790.000 euros por la venta ilegal de bosques del Estado. Pero fue sobreseído por falta de pruebas.
VICTORIA Y POLÉMICA
Como se señalaba, el triunfo de Rutu tampoco estuvo exento de polémicas. Según lo cuenta el diario El País, este lunes, la comisión electoral se aprestaba para dar a conocer al ganador, y se desató un verdadero escándalo. Los delegados de Odinga le impidieron al presidente del organismo, Wafula Chebukati, salir al escenario a hacer el anuncio oficial.
Hubo empujones y se temió que fuera el inicio de una nueva masacre, como ocurrió en 2007. Pero las fuerzas militares intervinieron rápidamente para garantizar la continuidad del proceso democrático.
Rutu basó su campaña en un mensaje de esperanza para los más pobres. Sin embargo, sus opositores cuestionan que haya amasado de manera sospechosa una de las mayores fortunas del país (Foto: REUTERS/Thomas Mukoya)
El jefe de campaña de Odinga, Sairabao Ole Kanchory, había asegurado que su jefe político no iría a la sede hasta que no les dejaran ver el resultado, y sostuvo que aquel era “un lugar de crimen”. En tanto, cuatro de los siete miembros de la comisión pusieron en duda el recuento, al que calificaron de “opaco”. “No podemos hacernos cargo de estos resultados”, aseguraba la vicepresidenta de la comisión, Juliana Cherera.
Apenas media hora después, se confirmó el triunfo de Ruto, que finalmente fue ajustado tanto en las presidenciales como en las legislativas, lo que configura un escenario difícil para el flamante, mandatario en términos de gobernabilidad. De hecho, Odinga consiguió tres diputados más que Ruto, mientras que este logró un senador adicional.
