El 38,4% de la población mundial vive en países «no libres», según el informe de Freedom House, que remarcó que se trata del número más alto desde 1998.
Frente a ese panorama, el estudio se centró en América Latina y el Caribe, ya que según afirmó la región «enfrenta niveles críticos de deterioro» y a modo de ejemplo, indicó que el 42 % de esos países sufrieron una caída de libertad en el mundo. Además, agregó que si se analiza la región en su totalidad, en 2022 cuatro naciones son consideradas «no libres», ocho «parcialmente libres y únicamente 21 países son «libres».
"In Latin America and the Caribbean, democracy is facing critical levels of deterioration. Within the last five years, 42% of [LAC] countries have declined in #FreedomInTheWorld."
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— Freedom House (@freedomhouse) December 29, 2022
A raíz de esta situación, la organización remarcó que «en toda la región, los defensores de los derechos humanos continúan arriesgando sus vidas para luchar por la libertad en sus países» y destacó que «a pesar de las tendencias mundiales hacia un gobierno más autoritario, la demanda de democracia sigue siendo fuerte».
CUBA: EL ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
María Matienzo, periodista cubana le contó a Freedom House que su manera de «defender los derechos humanos es a través del periodismo».
Acerca de si tuvo que enfrentar amenazas en su trabajo, precisó que «desde que empecé en el 2014 no he dejado de recibir amenazas combinadas con acoso y hostigamiento por ejercer el periodismo» y detalló que «la última amenaza que recibí fue el año pasado donde un agente de la seguridad del Estado me acusó de difamación por hacer periodismo».
En ese sentido explicó que «por supuesto, una acusación de difamación incluiría un enjuiciamiento posterior» y sobre su situación actual, manifestó que «estoy regulada, no puedo salir del país bajo un supuesto interés público».
Lejos de quedarse callada, aseveró que «yo sé justo por donde va la amenaza» y aseguró que «están esperando que salga el último Código Penal que criminaliza todo tipo de libre expresión».
En esa línea señaló que «un ejemplo de la criminalización del activismo en Cuba han sido los feminismos y otro es como hemos tenido, en los últimos años, que crecer y evolucionar como activistas» y agregó que «en el 2019 se presentó una ley contra la violencia contra las mujeres y en un inicio había muchas mujeres feministas que no creían que la violencia política tenía que incluirse en esa ley».
«Al cabo de dos años de criminalización de los derechos humanos feministas, hemos tenido que articularnos porque estamos viviendo en una sociedad que, desde todo punto de vista, se ha institucionalizado la violencia contra las mujeres y las niñas», sostuvo y recalcó que «se ha negado todo el tiempo que las mujeres feministas sufrimos todo tipo de violencia desde el Estado».
Ante ese contexto, María dejó en claro que «para mí un país más libre y democrático sería una Cuba que no penalizara la diversidad de pensamiento, de expresiones, en donde no se criminalizara al periodismo y tampoco a ningún tipo de activismo por los derechos humanos», debido a que, «en Cuba vivimos una situación de criminalización de cada una de las expresiones que pueda tener el activismo».
Para concluir, se dirigió a la comunidad internacional y aseguró que «no nos ayuda porque sigue romantizando este proceso dictatorial que ya lleva 63 años en el poder» y añadió que «no nos ayuda si no es capáz de ir a las fuentes primarias, a los sujetos que vivimos la represión todos los días, a los que estamos reportando todo el tiempo la realidad cubana». «No nos ayuda si sigue repitiendo la versión oficial como la única posibilidad de ver, de narrar Cuba», subrayó y es por eso, que aseveró que «la única manera que tiene ahora la comunidad internacional de ayudarnos es dándonos voz y visibilidad».
NICARAGUA: «EL BRUTAL DETERIORO A LOS DERECHOS HUMANOS»
Juan Carlos Arce es nicargüense y se presentó ante la organización como «un desplazado forzado en Costa Rica» y también como «parte del colectivo ‘Nicaragua Nunca Más'». Sobre la situación de su país, remarcó: «el brutal deterioro de los Derechos Humanos» y manifestó que «como defensor de los Derechos Humanos te genera indignación, pero a la vez es el motor que motiva nuestro trabajo» porque «hay mucho que hacer».
En ese sentido, afirmó que «nuestro país ha estado marcado profundamente por la impunidad, la injusticia y la desigualdad» y resaltó que «yo creo firmemente que los nicaragüenses nos merecemos un país diferente».
Por último, acerca de qué le diría a la comunidad internacional, Juan Carlos fue claro y sostuvo que «la situación de Nicaragua no puede salir de la agenda de los países que han estado atentos a lo que ocurre», ya que, «es importante seguir insistiendo que Nicaragua debe retornar a la democracia y debe cesar la represión».
Por lo tanto, marcó que «es una obligación de la comunidad internacional la vigencia de los Derechos Humanos en el mundo y una responsabilidad de cada país».
VENEZUELA: «TENEMOS LA MAYOR EMERGENCIA HUMANITARIA DEL CONTINENTE»
Rodrigo Diamanti, venezolano y presidente de «Un mundo sin mordaza», una organización que según contó «nació para defender los derechos humanos en América Latina y en especial en Venezuela». En ese sentido, sostuvo que «he sido testigo de como en los últimos 20 años se ha destruído la democracia y peor aún se han cometido crímenes de lesa humanidad».
«Es por eso, que desde hace mucho tiempo, hemos alzado la voz por los presos políticos en contra de la persecución, la tortura y el asesinato de quienes disienten en Venezuela», recalcó y aun frente a este panorama, destacó que «la defensa por los derechos humanos en Venezuela ha dado sus frutos: hace tan solo seis años no se hablaba de crímenes de lesa humanidad y hoy en día, hay una investigación por crímenes de lesa humanidad contra el régimen venezolano en la Corte Penal Internacional».
«Hace unos años, las Naciones Unidas hacían silencio sobre lo que pasaba en Venezuela y luego de mucha presión por parte de la sociedad civil se logró que se crease una misión de determinación de los derechos humanos», añadió y subrayó que «ya lleva más de tres años documentando atrocidades que comete el régimen venezolano».
Respecto a si recibió «amenazas en su trabajo», indicó que «en el 2014 viendo como se perseguía, se asesinaba y se torturaba a quienes disentían en Venezuela, ‘en un mundo sin mordaza’ decidimos lanzar una campaña internacional llamada ‘SOS Venezuela’ y logramos que cientos de activistas de todo el mundo se movilizaran al tiempo de que la comunidad internacional viese lo que estaba pasando en Venezuela y se pronunciara en contra de esos crímenes tan atroces».
«Sin embargo, esto no vino sin ningún costo para la organización», recalcó y detalló que «las oficinas fueron allanadas, nuestro vigilante fue detenido y a la semana, yo fui detenido arbitrariamente». «Me impusieron una prohibición de salida del país y luego de una persecución constante, decidí irme al exterior, pero seguir luchando al igual que los otros miembros de la organización».
Sobre el panorama actual de Venezuela, hizo hincapié en que «tenemos la mayor emergencia humanitaria del continente, la segunda crisis humanitaria más importante del planeta y el régimen no permite el ingreso de la ayuda humanitaria» y añadió que «no se realizan elecciones presidenciales, se inhabilitan a los candidatos y a los partidos políticos, se persigue a la sociedad civil y se detiene a todos aquellos que piensan distinto«. «Y estos son solo algunos síntomas de vivir en dictadura», marcó.