Este sábado se llevará a cabo el 28S: Día de Acción Global por la despenalización del aborto. En los últimos 30 años, más de 60 países y territorios han liberalizado sus leyes sobre el aborto, según informa el Centro de Derechos Reproductivos en su sitio web.
Si bien desde Irlanda hasta Nepal, el aborto está siendo reconocido como un derecho fundamental, hay países como Estados Unidos que han ido hacia atrás respecto a este tema y otros como Nicaragua o El Salvador en donde todavía no se ha logrado ningún avance.
Para poder comprender y reflexionar sobre la lucha por la legalización del aborto a nivel mundial, Newsweek Argentina conversó con Catalina Martínez, Vicepresidenta para América Latina y el Caribe del Centro de Derechos Reproductivos, quien explicó los avances y los retrocesos del aborto a nivel global, los estigmas que hay que derribar y el peligro constante que sufren los derechos de las mujeres.
En el debate presidencial en Estados Unidos, Donald Trump y Kamala Harris discutieron sobre el aborto. La Corte Suprema de Justicia derogó el fallo Roe vs. Wade ¿Cómo analizás el panorama en Norteamerica?
-La caída Roe vs. Wade ha tenido un tremendo impacto negativo en EEUU. Tenemos más de la mitad de los estados norteamericanos que han retrocedido en la regulación del aborto.
Se están viendo casos que en Latinoamérica hemos visto durante muchos años, pero que están empezando a aparecer acá. Por ejemplo, en Texas mujeres que están siendo obligadas a seguir adelante con embarazos, inclusive cuando estos ponen en riesgo su salud porque tienen una malformación inviable.
Aborto, la carta fuerte de Kamala Harris en el debate presidencial en EEUU
Y también estamos viendo, sin lugar a dudas, como aumentan las cifras de mujeres que viajan de un estado a otro para acceder a los servicios, el incremento de las demandas de esterilización tanto de ligadura de trompas como de vasectomía por miedo a pasar una de esas historias tenebrosas que ocurren cuando se empiezan a restringir las leyes de aborto.
Además, estamos viendo como otros derechos pueden estar siendo afectados por esta interpretación que hizo la Corte. Inclusive se está observando cómo están tratando de retroceder en técnicas de reproducción asistida, es decir, la caída de Rode vs. Wade a nivel constitucional ha tenido impactos negativos en muchas de las esferas de los Estados Unidos.
Estamos, sin lugar a dudas, en un momento crucial con lo que puede llegar a pasar en noviembre para poder, de alguna manera, reestablecer los derechos de las mujeres en este país. Y por supuesto el impacto que eso puede tener a nivel de toda la región de las Américas.
Trump planteó que cada Estado decida sobre el derecho al aborto ¿Cómo ves esta postura del expresidente?
-Antes el aborto estaba protegido constitucionalmente de forma federal y eso le daba un rango constitucional muy importante al derecho a decidir, a la autonomía, a la vida privada de las mujeres. Lo que pasa es que cuando se deja a la potestad de los estados y se pierde esa protección constitucional, sucede lo que estamos viendo: efectivamente no hay una voluntad de reconocer los derechos que además ya han sido reconocidos no solamente por la Corte Suprema de Estados Unidos si no por todos los órganos de Derechos Humanos a nivel internacional y regional.
Estamos hablando de un tema de derechos y cuando se trata de un tema de derechos, los derechos se deben cumplir. Por eso, para nosotras es muy importante que vuelva a existir una protección constitucional federal.
Yendo a América Latina ¿Cómo observás la situación ahí?
-En América Latina si bien todavía existen países con restricciones absolutas al aborto, tenemos países donde la situación normativa y de acceso es muy difícil, por ejemplo, en El Salvador, Nicaragua, Honduras, República Dominicana.
En estas naciones hay prohibiciones totales, regulaciones muy extremas: las mujeres no pueden acceder al aborto ni siquiera cuando su vida se encuentra en riesgo.
Sin embargo, en los últimos tres, cuatro años, en la región hemos visto dos cosas muy positivas.
Primero los cambios legales importantes en países, que sirven de ejemplo para la región: la despenalización del aborto en Argentina con importantes decisiones de la Corte Suprema en distintos estados, en Colombia donde la Corte tomó la decisión de despenalizar el aborto hasta la semana 24 de gestación, siendo así la más progresista que tenemos en este momento en América Latina.
En otros países, hay compañeras que intentan seguir avanzando haciendo litigios en Cortes, como los casos de Ecuador y Brasil, en donde estamos esperando que se puedan dar decisiones a favor de legalizar el aborto. Y finalmente, en Chile vemos un gobierno comprometido también en avanzar con este tema, hasta hay un proyecto de ley apoyado por el presidente Boric.
A todo esto se le suma un segundo factor, que para mí es muy esperanzador de la región, que es el movimiento feminista organizado en la Marea Verde, el cual nació en la Argentina y se expandió alrededor de América Latina. La Marea Verde logró tener esta conversación en la agenda pública, logró tomar las calles, estar en las redes sociales, en los medios de comunicación. Y también en las casas de las personas porque es un tema que se está hablando.
Esa lucha social y cultural que se está dando a través del movimiento feminista y de todos los aliados y aliadas que se han sumado a la causa es muy importante, debido a que, nos ayuda a seguir luchando contra el estigma que existe sobre este tema y con ello nos permite generar condiciones favorables para poder implementar decisiones que se han ido ganando.
Hablás de estigma ¿Qué estigma observás que hay respecto al aborto?
-Por una parte, hay un estigma porque el aborto siempre ha estado en el Código Penal, ha sido un delito. Inclusive hoy en día sigue estando en los Códigos Penales de todos los lugares del mundo con excepción de Canadá y en dos distritos de Australia, los únicos dos países que han eliminado el aborto del Código Penal. En países donde ya tenemos regulaciones más progresistas, como en Argentina y en Colombia, el aborto sigue estando en el Código Penal como un crimen en ciertos casos.
Entonces, cuando el aborto es percibido como un delito, las personas inmediatamente tienen ese chip en la cabeza: estamos haciendo algo malo, estamos cometiendo un delito.
Además de eso, les estamos diciendo que no es un delito solo que también es derecho y un servicio de salud, lo cual crea mucha confusión.
Por eso, consideramos que es muy importante avanzar hacia regulaciones que estén solo en el ámbito de la salud, regular los servicios de aborto en el ámbito de la salud. Elimando así esos delitos que lo único que han creado es una carga negativa frente a un servicio de salud que cualquier persona puede llegar a necesitar en cualquier momento. Este es un primer estigma que tenemos que ir derribando de la mano de la ley.
Hay un segundo estigma. En estas sociedades que han sido creadas por hombres, donde se les han dado roles específicos a las personas por el sexo que tienen y no por su género, básicamente lo que ha pasado es que las mujeres o quienes tenemos asignado un sexo femenino nos han puesto un rol que es el de maternar, el de ser madres sí o sí.
Salirse de ese rol y decir no quiero ser madre. Tenemos derecho a no querer serlo y el aborto nos permite, a través de ese servicio de salud, ejercer ese derecho a decidir cuando lo llegaramos a necesitar y eso es algo que sin duda, se sale de los roles establecidos.
Aquí tenemos que seguir trabajando en explicarle a las sociedades que todas las personas, independientemente del género que tengamos, somos personas libres que podemos decidir qué queremos en nuestras vidas y qué proyectos de vida queremos formar.
En otra entrevista con Newsweek Argentina, ustedes mencionaban que los derechos de las mujeres siempre están en riesgo
-No es un secreto que los derechos que tenemos las mujeres son producto de una lucha que hemos llevado a cabo durante años, es decir, los hombres no se sentaron en un Congreso o en una Corte y dijeron, vamos a despenalizar el aborto, sino que fue el resultado de una lucha constante de años de las mujeres y poco a poco ir conquistando derechos y libertades, que merecemos: desde el voto, la propiedad, el divorcio, el aborto y así sucesivamente.
Precisamente porque son derechos que hemos luchado y que hemos alcanzado, sabemos que hay un montón de gente que se opone y que no está de acuerdo con esos derechos. Es una sociedad que también está polarizada en ese sentido porque ha sido difícil construir la igualdad para las mujeres.
Cuando decimos que los derechos de las mujeres siempre están en riesgo significa que sabemos que hay fuerzas que pueden llegar a representar, a estar dentro de los gobiernos de los estados, que pueden querer retroceder en esta agenda de derechos de las mujeres.
Por eso, siempre tenemos que estar vigilantes y nunca dar por hecho que contamos con un derecho.
Ya lo vimos como en Estados Unidos la Corte Suprema acaba con un derecho que fue constitucional, totalmente protegido durante cincuenta años. Entonces, cualquier cosa realmente puede pasar y por eso, tenemos que estar muy vigilantes: con nuestros derechos ni un paso atrás.
Francia fue el primer país del mundo en incorporar el derecho al aborto en la Constitución, más allá de que ya estaba en una ley. ¿Qué importancia tiene un cambio así?
-Francia incluye el derecho al aborto como una libertad constitucional garantizada este año y por supuesto, simbólicamente manda un mensaje al mundo muy importante: Francia reconoce de manera contundente los derechos de las mujeres.
Yo quiero hacer enfásis en que hay muchos países que han protegido constitucionalmente el aborto así no lo hayan incluido de manera expresa dentro de la Constitución. Nuestras Constituciones ya tienen un montón de derecho que configura nuestro derecho a decidir si queremos tomar la decisión o no de interrumpir un embarazo, el derecho a la autonomía, el derecho a la libertad, el derecho a la salud, el derecho a no ser sometidas a discriminación.
Por ejemplo, cuando la Corte en Colombia toma todos esos derechos y define que protegen a las mujeres, les otorga el derecho a decidir si quieren continuar o no con un embarazo. Ahí se está protegiendo constitucionalmente el aborto. Las Cortes están creadas para hacer esas interpretaciones de la Constitución, proteger esos derechos y crear nuevos conforme a la evolución de las sociedades.
Yo no creo que nuestro norte tenga que ser el de poner en todas las Constituciones el aborto como un derecho fundamental para que exista, ya el derecho existe independientemente de que esté o no en una Constitución.
El sábado es el 28S, ¿Por qué es importante esa fecha y qué mensaje se busca difundir?
-El 28 S es un día conmemorativo por el aborto libre, legal y seguro. A nivel de nuestra región latinoamericana, estamos pasando un mensaje contundente como movimiento, como Marea Verde, respecto a que no vamos a retroceder en los derechos que ya hemos adquirido porque la autonomía reproductiva y la posibilidad de decidir, los proyectos de vida que queremos vivir hacen parte de nuestros derechos más fundamentales. Nos vuelven seres humanos, ciudadanos de primera categoría en igualdad de condiciones en estas sociedades.
Estamos dando batalla por la igualdad, por nuestra libre personalidad en las sociedades.
Así que seguiremos luchando para que lo que ya existe se cumpla y para seguir avanzando en aquellos países en donde todavía no hemos conquistado esos derechos.
Posibles títulos:
Día Global por la despenalización del aborto: «Con nuestros derechos ni un paso atrás»
Día Global por la despenalización del aborto: «Los derechos de las mujeres siempre están en riesgo»
Día Global por la despenalización del aborto: una lucha que busca derribar estigmas y conquistar los derechos que aun faltan
Día Global por la despenalización del aborto: «No vamos a retroceder en los derechos que ya hemos adquirido»
