Leyendo:
Murió Isabel II: la sucesión y el caos político en Buckingham
Artículo Completo 9 minutos de lectura

Murió Isabel II: la sucesión y el caos político en Buckingham

Cuando la reina Isabel II ascendió al trono, en 1952, Enrique Truman estaba en la Casa Blanca. Joe Biden, quien sería presidente de Estados Unidos 13 administraciones después, estaba en la escuela primaria, y alrededor del 85% de los 68 millones de súbditos actuales de Isabel todavía no había nacido.

Nacida el 21 de abril de 1926, la reina cumplió ya 96 años, la monarca más longeva en la historia británica, eclipsando a la reina Victoria, quien murió a la edad de 81 años en 1901. Asimismo, si huboera permanecido en el trono otros 30 meses hubiera superado a Luis XIV de Francia como el soberano con el reinado más largo registrado en la historia.

Este es un año especial para los ingleses pues el pasado mes de febrero, la reina marcó otro hito al convertirse en la primera monarca británica en celebrar un Jubileo de Platino, lo que significa permanecer 70 años en el trono, por lo que se llevaron adelante varias ceremonias y actos que tuvieron lugar entre el 2 y el 5 de junio. Durante las festividades anunció su «sincero deseo» de que Camilla, la esposa del príncipe Carlos, sea llamada reina consorte cuando su hijo se convierta en rey, mientras que el primer ministro Boris Johnson rindió le rindió homenaje con un mensaje conmovedor: «En siete décadas de reinado ha mostrado un inspirador sentido del deber y una devoción inquebrantable a esta nación».

Cuando se cante el último estribillo de «Dios salve a la reina», el trono pasará al hijo primogénito de Isabel, Carlos, el taciturno y reservado príncipe de Gales, quien nunca se ha escapado de la sombra de su bendita exesposa Diana.

Carlos ya es una persona de la tercera edad. Cumplió 73 años el 14 de noviembre, y en ese mismo día que la reina iba a tener una aparición pública para colocar una guirnalda para conmemorar a los británicos muertos en guerra en el Domingo del Recuerdo, el equivalente británico del Día de los Veteranos en Estados Unidos, sorpresivamente el Palacio de Buckingham emitió una declaración: «Después de torcerse la espalda, ha decidido esta mañana con gran remordimiento que no será capaz de asistir hoy al Servicio del Domingo del Recuerdo en el cenotafio. Su majestad está desilusionada por perderse el servicio».

Esa explicación inevitablemente suscitó la especulación sobre su estado de salud. Sin embargo, el personal del palacio, según le dijo un informante a Newsweek, todavía tenía «esperanzas» de que Isabel continuara llevando a cabo sus «deberes ligeros», incluidas reuniones por video.

Lo cierto es que esta monarquía que, en el transcurso de diez siglos, sobrevivió a innumerables guerras, escándalos, rebeliones y una abdicación catastrófica, ahora enfrenta un futuro en el cual sus activos más fuertes —tradición y ostentación— cuentan cada vez menos en un mundo dominado por el poder de las redes sociales.

El público no puede escoger a su soberano, lo cual le viene bien a Carlos, cuya popularidad ha disminuido por décadas. Según una encuesta de YouGoy realizada en mayo, lo colocó en 31%, en comparación con el 35% de sus futuros súbditos, quienes piensan que será un mal rey.

No es que eso importe; a manera de subrayar la determinación del palacio de comportarse como siempre, alguien en la posición para poseer los de talles de los planes de contingencia para la muerte y funeral de la reina (nombre en clave: Operación Puente de Londres) y la ascensión de Carlos al trono (Operación Marea Viva) los filtró a Político, que publicó los documentos en septiembre. Vale destacar que después de Isabel II reinarán los hombres: Carlos, luego Guillermo, luego Jorge, el hijo de Guillermo.

 

CARLOS: EL FUTURO PROTAGONISTA

Los últimos meses no han sido fáciles para Carlos quien sufrió la muerte de su padre, las acusaciones de que su hermano Andrés participó en la banda de trata de blancas de Jeffrey Epstein, y por el distanciamiento de su hijo menor, Harry, y la esposa de este, Meghan Markle, del resto de la familia real. Andrew Morton, quien escribió la biografía definitiva de la princesa Diana con su colaboración, le dijo a Newsweek: «Todos se enfocan en Meghan y Harry, pero están viendo en la dirección equivocada. Deberían enfocarse en el príncipe Carlos, porque él tiene que escalar una montaña. El príncipe Carlos, nuestro futuro jefe de Estado, rey en el futuro muy cercano, solo alcanza en las encuestas menos de 35 puntos o menos de 45 puntos».

Además, Carlos también tiene que vivir con las consecuencias de su amargo divorcio y el recuento de Diana de cómo su frialdad e infidelidad la abatieron. El príncipe de Gales se enfrenta a otro desaire social británico, pues según la encuesta de YouGov, solo el 13% de los ingleses cree que Camilla debería recibir el título de «reina» cuando el Carlos se convierta en el nuevo monarca.

Mientras Harry siempre tuvo una tensa relación con Carlos, su matrimonio con la actriz estadounidense mestiza y divorciada, Meghan Markle, echó más leña al fuego provocando una guerra sensacionalista de filtraciones en los tabloides internacionales y que culminó en el distanciamiento del los duques de Sussex a sus privilegios y obligaciones reales.

«La reina ha visto todo ir y venir y sabe que las cosas a veces estallan. En ocasiones es mejor dejarlas estallar sin verte involucrado en ellas. Porque, si te entrometes, le das oxígeno a la cosa», le dijo Junor, la autora de una biografía solidaria de Camila, a Newsweek. Sin embargo, la monarca recientemente anunció una terminante decisión para el Jubileo de Platino al imponer una serie de restricciones para su nieto menor y su mujer, quienes confirmaron su participación en la celebración junto a sus hijos, aunque no estarán en el balcón de Buckingham para el tradicional desfile Trooping the Colour, un desfile militar de larga tradición que forma parte cada año de los festejos reales desde 1748.

Un anuncio a través del Palacio de Buckingham informó: «Después de una cuidadosa consideración, la reina ha decidido que la tradicional aparición en el balcón de Trooping the Colour de este año el jueves 2 de junio se limitará a Su Majestad y los miembros de la Familia Real que actualmente están realizando funciones públicas oficiales en nombre de la Reina». Por supuesto que esta decisión también excluye al príncipe Andrés, el hijo de la reina caído en desgracia quien renunció a su cargo oficial dentro de la familia real en 2020 debido a las demandas recibidas por agresión sexual.

«Para mí esto es causa de alarma. Enrique y Meghan eran miembros secundarios de la familia real incluso cuando eran parte de la familia real», advierte Andrew Morton.

 

HARRY NUNCA SE SENTARÁ EN EL TRONO

Salvo que suceda un desastre, el duque de Sussex es el sexto en la línea de sucesión (después de Carlos, Guillermo y los tres hijos de este junta a Kate Middleton) y nunca se sentará en el trono. Pero Carlos será rey, y Guillermo, quien cumplirá 40 años en el mes de junio, será su príncipe heredero, una situación que Junor piensa que es tensa y tiene el potencial de aumentar la agitación familiar.

People recientemente publicó un artículo de portada del biógrafo real Robert Lacey, en el cual sugiere que el futuro de la monarquía está en las manos del príncipe Guillermo, no en las de su padre. La teoría cobró credibilidad cuando Guillermo, poco después, dio una entrevista a la revista, lo cual no habría hecho si esa nota lo hubiera ofendido. «Pienso que siempre va a ser un poco difícil», le comentó Junor a Newsweek. «Ellos [Carlos y Guillermo] son dos personas que hacen un trabajo muy similar. Con todos los padres e hijos pienso yo que hay un elemento de competencia, el mayor en realidad todavía no quiere hacerse a un lado y dejar que el joven tome su corona».

«Pienso que ese siempre va a ser un pequeño problema. Pienso que están más cerca que antes, y ambos están tirando en gran medida hacia la misma dirección», agregó la biógrafa.

Pero ellos enfrentan una tendencia demográfica y social que está en contra de la familia real; no solo de la Casa de Windsor, sino de la idea misma de la realeza. YouGov reportó en mayo que las personas entre 18 y 24 años dijeron que preferirían un jefe de Estado elegido a uno hereditario por un margen de 10 puntos, 41 a 31.

Y un día la corona se erguirá en la cabeza cana de Carlos, y él tendrá el trabajo por el que ha esperado toda su vida, y la responsabilidad de encabezar una familia grande, famosa y belicosa con un historial de relaciones dificultosas. Al parecer, ni siquiera los príncipes están exentos del viejo adagio de tener cuidado con lo que se desea.

Ni siquiera Dios pudo salvar por siempre a la reina; Dios salve al rey.

 

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.