Se agrava la crisis institucional en Ecuador. Finalmente, tal como lo había advertido, el presidente Guillermo Lasso decidió este miércoles disolver la Asamblea Nacional y realizar un llamado a elecciones anticipadas.
El mandatario había amenazado a los legisladores opositores con usar esta herramienta constitucional conocida como “muerte cruzada” si avanzaba el juicio político en su contra, lo cual se concretó este martes.
Juicio político al presidente de Ecuador: Lasso denunció un “intento de asesinato de la reputación”
Acusan a Lasso de corrupción en relación con la empresa estatal Flopec, que controla el transporte de petróleo crudo. De acuerdo a las pruebas presentadas en los debates, el presidente llegó al poder luego de que se iniciara la presunta malversación, pero decidió sostener y potenciar los convenios a pesar de las reiteradas advertencias por parte de los funcionarios del área. Inclusive removió a quienes le llevaron las denuncias.
Desde el primer momento, Lasso rechazó las acusaciones asegurando que eran infundadas, que los delitos eran anteriores a su mandato y que su gestión realizó cambios en favor del Estado. Señaló, en cambio, que se trataba de una campaña en su contra a la que calificó como “un intento de asesinato de la reputación”, por parte de los legisladores que responden al expresidente Rafael Correa.
Para poder destituir a Lasso, la Asamblea necesita 92 votos sobre las 137 bancas, numero elevado pero posible, de acuerdo a las posturas expresadas en las audiencias. En ese sentido, la semana pasada se votó continuar con el juicio político, con 88 votos a favor. Y a eso se sumó la reelección de Virgilio Saquicela como presidente del cuerpo legislativo.
Ante una negra perspectiva, el mandatario no dudó y firmó la disolución, en un contexto de crisis económica, política, social y, sobre todo, de seguridad, que mantiene su imagen en niveles sumamente bajos.
En su corto mandato (asumió el 24 de mayo de 2021) de perfil liberal, Lasso debió enfrentar numerosas manifestaciones en su contra pidiendo su renuncia, y en todos los casos intentó reprimir fuertemente esas protestas sin éxito, teniendo que dar marcha atrás con las reformas que proponía.
Quizás su mayor adversario en ese sentido sean los pueblos indígenas ecuatorianos movilizados en la CONAIE, que lideró las protestas y concentró las negociaciones con el Ejecutivo. A través de un comunicado, expresó: “Con Guillermo Lasso el Ecuador no tiene futuro, solo miedo e incertidumbre».
Qué pasará de aquí en más es una incógnita, ya que los legisladores también le habían advertido al presidente que una disolución en esta instancia es inconstitucional, ya que la “muerte cruzada” puede ser utilizada para evitar el bloqueo de un gobierno, pero no para evitar una investigación personal por corrupción.
Por lo tanto, dejaron en claro que pedirían a la Justicia su intervención y la detención de Lasso, tal como ocurrió en Perú con Pedro Castillo, en diciembre de 2022.
De concretarse este escenario, debería asumir la presidencia el vicepresidente, Alfredo Borrero, mientras la Justicia Electoral establece los plazos para nuevos comicios.