El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, atraviesa una compleja situación política: además de tener en estos momentos una popularidad sumamente baja, el correísmo ganó recientemente algunos importantes distritos y avanza el pedido de juicio político en su contra.
La Corte Constitucional habilitó este miércoles a la Asamblea Nacional a realizar las audiencias de juicio político contra el mandatario, a partir de un pedido de un grupo de legisladores de la oposición. Lo acudan de “peculado”. También habían presentado cargos por “concusión”, pero la Corte lo desestimó.
Son 59 los legisladores que presentaron en marzo el pedido de juicio político, sobre un total de 137 miembros, pidiendo juzgarlo por presuntos actos de corrupción vinculados a las empresas públicas. Además, muchos de ellos respaldaron un informe en que se señala al presidente por supuestos delitos contra la seguridad del Estado y la administración pública, en medio de una grave crisis de seguridad interior y cuando la Fiscalía General avanza en una investigación sobre sobornos.
Desde el primer momento, Lasso viene rechazando estos señalamientos. Los legisladores habían pedido desclasificar documentos relacionados y lo votaron la Asamblea, pero ni el mandatario ni sus familiares aparecen en esos papeles, lo que favoreció sus argumentos de que se trata de una embestida política.
Aunque aseguró que respeta la decisión del tribunal, Lasso se mostró en discrepancia: «Esta decisión, de ninguna manera, valida los argumentos planteados por la legislatura en contra del Presidente. Las inconsistencias en los argumentos de este juicio no acabarán con nuestra visión de servir a cada ecuatoriano».
Ante este escenario, comenzó a sobrevolar por Quito el fantasma de Perú. Vale recordar que su expresidente Pedro Castillo resistió dos intentos de juicio político, pero al verse en desventaja en el tercero, decidió disolver el Congreso y llamar a elecciones. Pero fue destituido y encarcelado.
Ahora, ante la habilitación del proceso de juicio político, Lasso podría utilizar una herramienta constitucional, conocida en Ecuador como “muerte cruzada”: el presidente puede suspender el funcionamiento de la Asamblea y llamar a elecciones tanto para su cargo como para las bancas.
De todos modos, los números parecen ser muy finos hoy en día. De los 137 escaños, la oposición necesita 92 para censurar o destituir a Lasso. Según los medios ecuatorianos, hoy no los tiene, pero los legisladores del espacio de Rafael Correa aseguran que podrían llegar.