Por Aila Slisco, de Newsweek
La administración del presidente estadounidense Joe Biden ha propuesto construir una nueva bomba nuclear, a medida que aumenta la producción de armas para reemplazar las envejecidas reservas estadounidenses.
El Departamento de Defensa (DoD) anunció el viernes que estaba desarrollando una nueva variante de la bomba de gravedad B61, un tipo de arma que se produjo por primera vez en la década de 1960, en plena Guerra Fría. Hasta hace muy poco, la producción de armas nucleares de Estados Unidos había estado en gran medida estancada desde que terminó la Guerra Fría con la disolución de la Unión Soviética en 1991.
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Las armas de la serie B61, una parte clave del arsenal estadounidense existente, son las llamadas bombas de gravedad «tácticas», armas no guiadas diseñadas para detonar en objetivos alcanzados después de ser lanzadas desde un avión. El Departamento de Defensa dijo en un comunicado de prensa que la nueva variante, la B61-13, era necesaria «para asegurar nuestra capacidad de lograr la disuasión y otros objetivos».
«La B61-13 fortalecerá la disuasión de los adversarios y la seguridad de los aliados y socios al brindar al Presidente opciones adicionales contra ciertos objetivos militares más difíciles y de gran área», afirma el comunicado, al tiempo que agrega que la bomba «incluiría la seguridad moderna, características de seguridad y precisión» del B61-12, una variante de la era Obama.
El B61-12, que no se produjo hasta después de que Biden asumió el cargo, agregó un kit de cola para proporcionar navegación guiada destinada a mejorar la precisión del arma. Al igual que otras armas nucleares producidas por Estados Unidos desde el final de la Guerra Fría, se espera que la B61-13 se fabrique con ojivas reutilizadas de bombas más antiguas.
El Pentágono afirmó que la B61-13 tendría una potencia explosiva «similar» a la de la variante B61-7, una bomba con una potencia máxima de 360 kilotones, según la Federación de Científicos Estadounidenses.
Si la cifra de rendimiento es exacta, el B61-13 tendría más de 22 veces la fuerza explosiva de la bomba que se lanzó sobre Hiroshima, Japón, durante la Segunda Guerra Mundial, pero mucha menos fuerza que el arma nuclear más poderosa actualmente en los arsenales de EEUU, el B83 ,de 1,2 megatones.
El rendimiento de la variante B61-12 es inferior al de la B61-7. Si bien la administración Biden promocionó anteriormente los B-61-12 como «críticos para mantener la capacidad de disuasión nuclear lanzada por aire de la nación», se espera que la producción de B61-13 reduzca la cantidad de B61-12 producidos.
«El B61-13 no aumentará el número total de armas en el arsenal de Estados Unidos», afirma el comunicado del Departamento de Defensa del viernes. «El número de B61-12 que se producirán se reducirá en la misma cantidad que el número de B61-13 producidos».
Mientras hacía campaña para presidente en 2020, Biden prometió que, de ser elegido, «trabajaría para acercarnos a un mundo sin armas nucleares, para que los horrores de Hiroshima y Nagasaki nunca se repitan».
Newsweek contactó a la Casa Blanca por correo electrónico el viernes por la noche para solicitar comentarios.
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La administración Biden anunció previamente que planeaba retirar el B83 de gran rendimiento. Sin embargo, bajo su administración se están produciendo las primeras armas nucleares nuevas que incluyen ojivas recién producidas.
Un esfuerzo de 10 años y US$ 750.000 millones para reemplazar el arsenal nuclear es «el esfuerzo de armas nucleares más ambicioso del país desde el Proyecto Manhattan», según Associated Press.
«Las fuerzas nucleares actuales de la nación están llegando al final de su vida útil, y es posible que algunos sistemas vectores no puedan prolongar más su vida útil», afirma un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso sobre el esfuerzo de reemplazo.
La búsqueda de armas nucleares por parte de Biden continúa un impulso de décadas de varios de sus predecesores. En 2003, durante la administración del ex presidente George W. Bush, Estados Unidos levantó una prohibición de 10 años sobre el desarrollo de armas nucleares tácticas. Los esfuerzos de Bush por construir una nueva arma de bajo rendimiento no tuvieron éxito.
La variante B61-12 fue aprobada durante la administración del ex presidente Barack Obama, que también supervisó el desarrollo de un nuevo misil nuclear de crucero, conocido como Long-Range Standoff (LRSO), que aún puede estar en etapa de prueba.
El desarrollo de armas nucleares nuevas y actualizadas también estuvo activo bajo el expresidente Donald Trump, y la Marina de los EE. UU. agregó la ojiva nuclear de bajo rendimiento W76-2 lanzada desde un submarino a su arsenal durante su administración.
Publicado en cooperación con Newsweek
