La famosa comisión “Jan. 6”, el grupo de miembros de la Cámara de Reprersentantes de los EEUU que investiga la toma del Capitolio, producida el 6 de enero de 2021 para impedir la asunción de Joe Biden, finalmente pidió a la Justicia imputar al expresidente Donald Trump.
El grupo bipartidista, que lleva meses de investigación y debates, solicitó a los fiscales federales acusar formalmente a Trump de “obstrucción” e “insurrección”, señalándolo por la presunta instigación del ataque que culminó con cinco muertos y más de 140 heridos, tras negarse a reconocer su derrota y pedir que impidan al vicepresidente Mike Pence validar los resultados.
Este comité, criticado por los republicanos más extremos, tomó cientos de declaraciones y finalmente le indica al Departamento de Justicia que presente cargos. Aunque no es una petición vinculante, ya que la división de poderes lo impide, sí significa una herramienta de presión, porque se supone que los legisladores sí cuentan con el voto popular.
En ese punto, es preciso aclarar que esta iniciativa ha perdido poder tras las recientes elecciones de medio término, en las que los demócratas perdieron el control de la cámara. Por lo tanto, el cierre del caso tuvo que acelerarse antes de que asuman los nuevos representantes y esa comisión pueda ser dada de baja.
Antes de la última sesión, el representante Bennie Thompson, presidente del comité selecto, afirmó: “Si queremos sobrevivir como una país de leyes y democracia, esto no puede volver a suceder”. Y acusó también a Trump de dañar el sistema democrático. “Si la fe está rota, también lo está nuestra democracia. Donald Trump rompió esa fe”, afirmó.
Por su parte, Liz Cheney, una de las dos republicanas en el comité, también cargó contra el exmandatario de su propio partido: “Entre lo más vergonzoso de los hallazgos de este comité fue que el presidente Trump se sentó en el comedor fuera de la Oficina Oval, viendo por televisión el violento disturbio en el Capitolio».
En reiteradas oportunidades, Trump se burló del comité y argumentó que está motivado por conveniencias políticas, además de señalar que la conformación de ese “jurado” es parcial en su contra.
Pero la Justicia ya está avanzando en la cadena, eslabón por eslabón. Un jurado ya encontró culpables de “sedición” por su papel en el ataque a los miembros de la milicia derechista Oath Keepers. En tanto, Trump está siendo investigado por haberse llevado a su casa en Mar-a-Lago, en la Florida, documentos clasificados, que fueron rescatados en un ampuloso operativo del FBI.
Además, Trump y su familia fueron declarados culpables el 6 de diciembre por un fraude fiscal planificado y ejecutado durante 15 años.
Pero más allá de este frente judicial y de las derrotas que sus propios partidarios le achacan en las elecciones de medio término, Trump ya lanzó su candidatura presidencial para 2024.