El Departamento de Estado de EEUU sancionó al expresidente de Ecuador, Rafael Correa y a su vice, Jorge David Glas Espinel «por estar involucrados en actos de corrupción».
En consecuencia, «designó a «Rafael Vicente Correa Delgado («Correa”) y a Jorge David Glas Espinel (“Glas”) como generalmente no elegibles para ingresar a los Estados Unidos debido a su participación en actos de corrupción significativos durante su mandato público».
Aseguró que «Correa y Glas abusaron de sus cargos como expresidente de Ecuador y exvicepresidente de Ecuador, respectivamente, al aceptar sobornos, incluso mediante contribuciones políticas, a cambio de otorgar contratos gubernamentales favorables».
«Estados Unidos respalda a los ecuatorianos, incluidos los miembros de la sociedad civil, las fuerzas del orden y los periodistas de investigación, comprometidos con aumentar la transparencia gubernamental y exigir cuentas a los funcionarios públicos corruptos», destacó.
Y sostuvo que «las disposiciones anticorrupción, incluidas las de los contratos de compras gubernamentales, ayudan a garantizar que el gobierno cumpla con sus ciudadanos».
Por lo tanto, «esta designación también reafirma nuestro compromiso de combatir la corrupción global, incluso en los niveles más altos del gobierno».
LA RESPUESTA DE CORREA
Rafael Correa no se quedó callado, y mediante su cuenta de la red social X, subrayó: «La maldad humana… Obvian que nadie en el MUNDO ha aceptado la sentencia por ‘influjo psíquico’ y que 5 países han dado asilo político a los involucrados en el Caso Sobornos».
«Meten hasta a mi familia. ¡No hay derecho! #LosCorruptosSiempreFueronEllos», aseveró.
La maldad humana…
Obvian que nadie en el MUNDO ha aceptado la sentencia por «influjo psíquico» y que 5 países han dado asilo político a los involucrados en el Caso Sobornos.
Meten hasta a mi familia.
¡No hay derecho!#LosCorruptosSiempreFueronEllos— Rafael Correa (@MashiRafael) October 9, 2024
ECUADOR: EL CASO SOBORNOS
Correa fue sentenciado en el 2020 por el caso Sobornos, que ocurrio entre el 2012 y el 2016.
Fue condenado porque se determinó que el exmandatario había actuado como autor mediato de cohecho agravado.
La investigación precisó que hubo aportes irregulares por parte de contratistas del Estado, mediante dinero en efectivo o cruce de facturas, para favorecer al partido del entonces jefe de Estado.
En esa causa también fue sentenciado Glas y otros funcionarios.
Correa tiene que cumplir ocho años de prisión, pero antes de ir tras las rejas, el expresidente se fue de Ecuador y se instaló en Bélgica en calidad de refugiado.
Al tratarse de un delito de cohecho no prescribe, por lo que Correa no puede regresar al territorio ecuatoriano, ya que, si lo hace sería arrestado.
Glas también tiene una condena de ocho años de prisión.