Inmigrantes ilegales son expulsados del estado de Texas, pero en vez de ser deportados hacia sus respectivos países, son enviados en micros hacia el centro de Manhattan, en la ciudad de Nueva York.
El gobernador texano, el republicano Greg Abbott, admitió este viernes que tomó la decisión para responsabilizar a los alcaldes demócratas y al presidente Joe Biden por sus políticas flexibles y sus discursos permisivos en relación a los inmigrantes, que día a día arriban sin documentos a través de la extensa frontera sur del país.
De hecho, este mismo viernes arribó a la Terminal de Autobuses de la Autoridad Portuaria de Nueva York el primero de los buses, con 50 inmigrantes a bordo (entre ellos, familias enteras). «La mayoría de ellos no tiene a nadie que les ayude. No saben a dónde ir, así que los llevamos a los refugios», explicó a Reuters una voluntaria en la estación de autobuses, Evelin Zapata, perteneciente a un grupo llamado Grannies Respond.
No es la primera vez que Abbott, quien está en carrera para un tercer mandato, toma una medida de esta naturaleza: ya envió más de 6.000 inmigrantes al estado de Washington desde abril. E incluso han empezado a copiarlo. Su par de Arizona, Doug Ducey (también republicano) ya mandó a otros 1.000 a Washington.
Según el Gobierno de Biden, las fuerzas federales realizaron numerosas detenciones en las fronteras, pero la ola de migrantes es tan grande que resulta difícil contenerla. Muchos de los capturados ya lo han intentado en oportunidades anteriores.
Texas will send buses of migrants to D.C. until Biden does his job of securing the border. pic.twitter.com/lN85sxRfqJ
— Greg Abbott (@GregAbbott_TX) August 5, 2022
Varios de los detenidos tampoco pueden ser deportados de inmediato porque solicitan asilo en la corte de inmigración, tramite que suele demorarse. Abbott se quejó de eso y dijo que deberían pagarlo quienes apoyan esas políticas: “Los migrantes pueden recibir la abundancia de servicios y viviendas de la ciudad, de los que el alcalde Eric Adams se ha jactado».
«Espero que cumpla su promesa de acoger a todos los migrantes con los brazos abiertos para que nuestras ciudades fronterizas invadidas y abrumadas puedan encontrar alivio», ironizó.
Por su parte, Muriel Bowser, alcaldesa de Washington, reconoció que su sistema de refugios se vio desbordado y pidió a la Casa Blanca el despliegue de tropas para reforzar la asistencia social en el estado.