En julio de 2021, el Papa Francisco había aceptado la renuncia del cardenal italiano Ángelo Becciu, tras una denuncia por el presunto desvío de fondos provenientes de la venta de un inmueble de la Santa Sede en Londres. Pero lo que en principio parecía una simple investigación judicial administrativa se convirtió en un verdadero escándalo en Roma.
Becciu, quien había sido Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos en el Vaticano (el organismo que se encarga de determinar la santidad), está enfrentando a la Justicia e intenta acusar al Sumo Pontífice de haber sido parte de esas maniobras. Durante la audiencia del Promotor de Justicia del Vaticano, se dieron a conocer los mensajes entre el cardenal y su entorno, encontrados por la Guardia di Finanza de Oristano.
Allí, Becciu asegura estar sufriendo una persecución por parte del Papa argentino. “No pensé que llegaría a este punto: quiere mi muerte», le decía a Giovanna Pani, una colaboradora, y a su sobrina, María Luisa Zambrano.
Pani respondió: “Verás que la verdad triunfará”. Pero el cardenal insistió: “Ahora son ellos que triunfan y nos traspasan, pero la victoria será para los honestos”. Y agregó: “Él no quiere hacer una mala imagen por la sentencia inicial que me dio. Nunca hubiera imaginado que, no un papa, sino un hombre llegaría tan lejos”.
Dos días después de estos diálogos, Becciu habló con Francisco e intentó hacerle confesar que él mismo había aprobado esas operaciones financieras, mientras grababa la charla sin el consentimiento del Pontífice, ni una orden judicial, por lo que no podría constituir prueba en la causa, pero sí figura en ella y no fue dado a conocer. Desde el Vaticano aseguran que se trató de una reunión muy tensa.
(Fuente: NoticiasArgentinas.com)
