La Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó este jueves en segunda discusión la polémica reforma constitucional, que otorga el poder absoluto al mandatario Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
El Parlamento, controlado por el régimen sandinista, dio el visto bueno al paquete que ha reformado 148 de los 198 artículos de la Constitución y derogó otros 37, entre ellos uno que prohibía la tortura.
La principal modificación es la extensión del período presidencial que pasa de cinco a seis años, lo que hace que la pareja pueda seguir en el poder hasta 2028 y las elecciones pactadas para 2026 se retrasen un año más.
Además crea una nueva figura en el organigrama del Poder Ejecutivo: Murillo, quien hasta ahora era vicepresidenta, pasará a ser “copresidenta” junto con Ortega. Esto habilita a que ambos puedan nombrar varios vicepresidentes sin que estos sean elegidos por el voto popular.
También permite que, ante el fallecimiento de alguno de los dos, el otro asuma en el cargo sin que se realicen elecciones. Esto, advierten, tendría como fin garantizar una especie de dinastía en la familia del dictador para que sus hijos puedan ascender al poder.
La nueva Constitución establece que el Gobierno se arrogue mayores competencias, ya que será coordinador del Poder Legislativo y Judicial, como también de los órganos electorales, fiscalía de cuentas y los entes autónomos.
Tendrá además poder sobre los medios de comunicación. El régimen justificó esta modificación alegando que así podrán controlar que no sean “sometidos” a intereses extranjeros ni presenten noticias falsas que puedan “atentar” contra el país.
Por otro lado, los líderes del régimen podrán ordenar una intervención del Ejército junto con la policía, como también permitir que militares y agentes de seguridad ocupen cargos en el poder “cuando la estabilidad de la República lo requiera”.
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Junto a esto, se creará una “Policía Voluntaria”. Según el texto de la norma, esta servirá como “apoyo” a la Policía Nacional, aunque especialistas remarcan que podrían actuar como fuerza paramilitar para reprimir y detener a quienes se manifiesten contra el gobierno.
En ese sentido, la nueva Constitución también otorga el poder de retirarle la ciudadanía nicaragüense a quienes sean condenados por “traición a la patria”. Esto podría hacer que opositores no puedan presentarse a elecciones.
Otro cambio que no pasó por alto es que además de la bandera azul y blanca, se incluirá como símbolo patrio nacional la bandera roja y negra del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), el partido de Ortega y Murillo.