El gobernante Partido Comunista de Cuba elegirá hoy a su nuevo comité central, tras el anuncio de su primer secretario, Raúl Castro, de dejar el cargo y un día antes de su reemplazo formal por el actual presidente del país, Miguel Díaz Canel.
La selección de los integrantes del comité central tendrá lugar durante la tercera jornada del octavo congreso partidista, que comenzó el viernes y finalizará mañana, se celebra cada cinco años, y es la reunión más importante del partido único de Cuba.
El comité central dirige la agrupación política entre congresos y selecciona de su seno retiro, al buró político, que a su vez nombra a su primer secretario, que será Díaz Canel, y a su segundo secretario.
Los 300 delegados al congreso, que se desarrolla en La Habana a puertas cerradas con informaciones frecuentes por la televisión, radio y la prensa escrita locales, ya tienen en sus manos las candidaturas.
La cifra de participantes en el congreso escogidos entre los 700.000 militantes comunistas en el país es menor que en citas similares anteriores a causa de la epidemia de coronavirus, que se está extendiendo por la isla de 11 millones de habitantes.
El congreso concluyó anoche su segunda jornada de debates con énfasis en la economía, que encara su peor momento en casi 30 años, y vías para enfrentar la «subversión» en Internet.
Los delegados están divididos en tres comisiones de trabajo: una dedicada a la economía; otra a actividades ideológicas; y la tercera a los dirigentes y el papel del partido en el país.
La primera de estas comisiones, dirigida por el primer ministro, Manuel Marrero, debatió las críticas planteadas el viernes por Raúl Castro, de 89 años, en su último discurso como líder del partido.
«La estructura productiva no logra satisfacer los niveles de demanda de la población», dijo Marrero, advirtiendo que se trata de «una cuestión de seguridad nacional».
Cuba vive una crisis de escasez de alimentos derivada del impacto de la pandemia del coronavirus y el reforzamiento del embargo de Estados Unidos, vigente desde 1962.
«A pesar del complejo escenario», el país no se ha «detenido en la búsqueda de soluciones a los actuales problemas», ni renunciado «a los planes futuros», dijo Marrero, informó la agencia de noticias AFP.
Esa responsabilidad recaerá en manos del presidente Díaz-Canel, de 60 años, que reemplazó a Raúl en la presidencia en 2018, y será designado mañana secretario del partido.
En su informe central, Castro llamó a desterrar «las chapucerías y la improvisación, potenciar la productividad y la eficiencia» de las empresas estatales, que representan el 85% de la economía.
También llamó a «imprimir mayor dinamismo» a las inéditas reformas económicas que él mismo inició en 2008 con una cautelosa apertura al trabajo privado y la inversión extranjera, que han quedado inconclusas.
Sin embargo, advirtió que «hay límites» que no se pueden «rebasar porque las consecuencias serían irreversibles y conducirían a errores estratégicos y a la destrucción misma del socialismo».