Por Giulia Carbonaro, de Newsweek
Una vez que China logre su objetivo declarado de anexar Taiwán a su territorio, podría seguir un proceso de «reeducación» de la población de la isla, según el embajador de China en Francia, Lu Shaye.
El embajador habló en el canal de televisión francés BFM TV el miércoles por la noche, y dijo que la mayoría de la población taiwanesa realmente quería «reunificarse» con China hace diez o veinte años, pero que la propaganda «antichina» del Partido Progresista Democrático local ha adoctrinado a la gente de la isla.
«Después de la reunificación, haremos reeducación», le confió Lu al canal de televisión francés, y dijo que esto asegurará que los taiwaneses recuperen su sentido del patriotismo. «Estoy seguro de que en ese momento, el pueblo de Taiwán estará de nuevo a favor de la reunificación. Volverá a ser patriótico», agregó.
Asimismo, anticipó que el proceso de reeducación será la principal herramienta de Beijing para integrar al pueblo de Taiwán en China, y no el uso de la amenaza.
Pero el concepto de «reeducar» a la población dista mucho de ser tranquilizador, ya que el término es el mismo que utiliza Pekín para denominar la práctica que ha visto hasta un millón de uigures (según la ONU y Amnistía Internacional) detenidos en masa en campos de «reeducación» en Xinjiang, para el adoctrinamiento político.
China ha sido acusada durante mucho tiempo de cometer crímenes de lesa humanidad y potencialmente incluso de genocidio en Xinjiang, utilizando los campamentos para forzar la asimilación cultural de la minoría musulmana uigur en la mayoría “han” del país, e imponiendo castigos a quienes se resisten.
Beijing inicialmente negó la existencia de los campamentos en Xinjiang, sólo para admitir más tarde que había establecido «centros de formación profesional» en la región donde las personas podían registrarse voluntariamente para aprender sobre los valores chinos.
Todavía niega enérgicamente cualquier violación de los derechos humanos en la región, acusando a Occidente de difundir «todo tipo de mentiras».
Cuestionado sobre la idea de «reeducar» a la población taiwanesa, el embajador chino dijo que no se diferenciaba mucho de la forma en que Francia educa a la gente en los valores de la República. «No es un proyecto de educación masiva», aseguró Lu, y explicó: «El problema es que el Partido Progresista Democrático de Taiwán ha hecho una propaganda extrema, e incluso podemos decir extremista».
Al comentar sobre la reciente visita de Nancy Pelosi a Taiwán, Lu la calificó de «provocación innecesaria» y luego agregó que las autoridades taiwanesas están aplicando un «enfoque de ‘corte de salchicha'», avanzando paso a paso hacia la independencia de China.
«Si no reaccionamos, al final lograrán su objetivo de independencia«, concluyó Lu.
Publicado en cooperación con Newsweek
