Tal como lo contó Newsweek Argentina, el fantasma de la crisis institucional de Perú sobrevuela Ecuador. Tal como ocurrió con Pedro Castillo a finales de 2022, el presidente ecuatoriano, Guillermo Lasso, está a un paso enfrentar un proceso de destitución, en el marco de un juicio político.
Los legisladores de la oposición, encabezados por la bancada correísta, pidieron el juicio político contra el mandatario, y la Corte nacional de Justicia habilitó el inicio de las audiencias. Lo acusan de estar vinculado a hechos de malversación vinculados al transporte de petróleo crudo entre la empresa pública y la empresa privada Amazonas Tanker Pool Company LLC.
Tras la decisión de la Justicia, desde el espacio de Lasso dejaron trascender que, si avanzaba el intento de destitución, Lasso disolvería el Congreso y llamaría a elecciones para su cargo y la renovación total de las bancas.
Se trata de una herramienta constitucional que se conoce como “muerte cruzada”, mediante la cual, ante una situación de inestabilidad política que impide la gobernabilidad, se le da el poder al pueblo para definir el nuevo rumbo.
Ecuador: el presidente Lasso quedó a un paso del juicio político y podría anticipar elecciones
Desde luego, este tipo de medidas tiene un alto costo político: si no se cuenta con el soporte legislativo y la influencia judicial adecuados, Lasso podría correr la misma suerte de Castillo, quien también tenía en sus manos la herramienta de disolución del Poder Legislativo y llamado a elecciones.
Lasso no cuenta hoy con la cantidad de escaños necesarios para evitar una posible destitución o una eventual censura, y decidió ratificar su amenaza. Un periodista del Financial Times le consultó si era cierta la versión de que cerraría el Congreso, y el mandatario fue contundente: “Correcto, correcto. Eso es lo que declaro”.
Esta semana comienzan las audiencias de la Comisión de Fiscalización. Si los legisladores llegaran hasta la etapa final sin que Lasso active ese mecanismo, deberán votar por la censura o destitución. Pero para lograrlo necesitan conseguir 92 de los 137 votos de la Asamblea, un número muy difícil de obtener, pero que los opositores aseguran que pueden alcanzar.
(Con información de Reuters)