El Gobierno de Estados Unidos deportó a El Salvador a otros 17 presuntos pandilleros vinculados a Tren de Aragua y MS-13, en una operación coordinada con el gobierno de Nayib Bukele. El secretario de Estado, Marco Rubio, confirmó la medida y la calificó como un avance en la lucha contra el crimen organizado.
La deportación recibió el respaldo de Donald Trump, quien agradeció a Bukele en un mensaje en X, aunque su comentario también incluyó críticas a la administración de Joe Biden.
El propio Bukele anunció la llegada del grupo de criminales y aseguró que todos eran «asesinos confirmados» y delincuentes de alto perfil, incluidos seis violadores de menores. Para reforzar su mensaje, compartió un video de un minuto que mostró la llegada de los deportados en un avión escoltado por militares.
Last night, in a joint military operation with our allies from the United States, we transferred 17 extremely dangerous criminals linked to Tren de Aragua and MS-13.
All individuals are confirmed murderers and high-profile offenders, including six child rapists.
This operation… pic.twitter.com/Tk1Xq7vnuB
— Nayib Bukele (@nayibbukele) March 31, 2025
Las imágenes, al más puro estilo cinematográfico, reflejaron el operativo: soldados rodeando la aeronave, prisioneros con la cabeza gacha siendo trasladados a una megacárcel y agentes afeitándoles el cabello antes de confinarlos en celdas hacinadas.
La administración Trump reforzó en las últimas semanas su política de expulsión de extranjeros con antecedentes criminales. En lo que va del mes, más de 200 venezolanos fueron deportados, muchos de ellos recluidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la prisión de máxima seguridad en El Salvador.
Durante una visita reciente, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ratificó que Washington continuará con estas deportaciones como parte de su estrategia de cooperación con el gobierno salvadoreño.
Para justificar estas acciones, Estados Unidos recurrió a la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, una norma que históricamente solo se aplicó en tiempos de guerra. La Casa Blanca acusa al régimen de Nicolás Maduro de permitir el ingreso de criminales venezolanos a territorio estadounidense y ha calificado a Tren de Aragua como una amenaza a la seguridad nacional. En respuesta, el mandatario venezolano denunció las deportaciones como un «secuestro» y comparó las prisiones salvadoreñas con «campos de concentración nazis».
La Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) también lanzó críticas ante el uso de esta ley, señalando que permite deportaciones sin el debido proceso. Además, familiares de algunos expulsados aseguran que no tienen vínculos con pandillas, lo que ha generado dudas sobre la precisión de las acusaciones y el impacto de la medida en personas que podrían ser inocentes.