El Vaticano sostuvo que la operación de confirmación de género y la maternidad subrogada amenazan la dignidad del ser humano.
A través de un texto llamado «Dignidad Infinita», afirmó: «Toda operación de cambio de sexo, por regla general, (corre) el riesgo de atentar contra la dignidad única que la persona ha recibido desde el momento de la concepción».
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Sobre la gestación subrogada, manifestó: «El niño tiene derecho (…) a tener un origen plenamente humano y no inducido artificialmente y a recibir el don de una vida que manifieste, al mismo tiempo, la dignidad de quien la da y de quien la recibe».
Y agregó: «En este sentido, el deseo legítimo de tener un hijo no puede convertirse en un ‘derecho al hijo’ que no respete la dignidad del propio hijo como destinatario del don gratuito de la vida».
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En esa línea, dejó en claro que «el sexo biológico (…) y el papel sociocultural del sexo (género) se pueden distinguir pero no separar».