El 8 de noviembre se llevarán a cabo en EEUU las elecciones de medio término, para renovar el Congreso, y todas las encuestas proyectan una amplia victoria de los republicanos, ante una fuerte y sostenida caída de la imagen de Joe Biden.
En ese marco, el presidente y el Partido Demócrata está tratando de reformular su campaña para no perder terreno electoral, porque de los comicios depende en buena parte la gobernabilidad: una mayoría republicana podría obstruir la gestión, con el ingreso a la Cámara de Representantes y al Senado de candidatos cada vez más extremos.
La revisión de la agenda de campaña parece haber puesto como uno de sus ejes al derecho al aborto. Vale recordar que en junio la Corte Suprema, hoy de perfil conservador, revirtió el histórico Roe vs. Wade, que lo garantizaba a nivel federal; de este modo, la decisión de habilitarlo o prohibirlo queda en manos de cada estado.
En discurso que brindó en el marco de un acto en el teatro Howard de Washington, Biden prometió revertir legislativamente esa decisión judicial, en caso de ganar en noviembre.
«El primer proyecto de ley que enviaré al Congreso será codificar Roe v. Wade”, prometió el presidente, ante el aplauso de la concurrencia.
Para que eso sea posible, Biden deberá garantizar primero el control de las cámaras. Hoy tiene una ínfima ventaja porque la vicepresidenta, Kamala Harris, cuenta con voto diferencial en el Senado. Pero unas pocas bancas podrían hacer la diferencia.
La estrategia de apuntar al aborto busca consolidar la base electoral de los demócratas, descontenta con la débil gestión del presidente, quien se ha mostrado dubitativo en diversas instancias y hasta es señalado como “senil”, luego de una serie de llamativas confusiones en público (en la última, confundió la causa de la muerte de su hijo, afirmando que falleció en combate, cuando por cáncer en 2015). De hecho, las encuestas muestran que el tema no es una prioridad hoy para el electorado nacional: apenas lo destaca un 4% o 5%, según la consultora.
El factor determinante hoy es la crisis económica, con la mayor inflación en 40 años, que golpea especialmente a los sectores más vulnerables. Un cuarto de los votantes asegura que la inflación es su mayor preocupación.
Más enfático, Biden exclamó: «¡Si quieren proteger el derecho de una mujer a elegir, entonces tienen que votar! Por eso estas elecciones son tan importantes».
El derecho al aborto se ha vuelto eje de protestas en prácticamente todos los estados en manos de los republicanos, y se mezcla en un fuerte debate social por otros cambios culturales vinculados a la diversidad de género, a la enseñanza de esa diversidad y de educación sexual en las escuelas e incluso se mezcla con los discursos respecto a la inmigración. Entre las mujeres, indican algunas encuestas, está la mayor pérdida de votantes de los demócratas.
Desde el espacio de Biden, parecen ver allí un espacio desde el cual comenzar a subir en las encuestas. «Quiero recordarnos a todos cómo nos sentimos ese día en que se revocaron 50 años de precedentes constitucionales: la ira, la preocupación, la incredulidad. ¡Voten, voten, voten!«, expresó en Washington.