Esta semana, seis cartas incendiarias y explosivas fueron detectadas en España: una de ellas explotó en la Embajada de Ucrania, hiriendo a un oficial; y otra estaba destinada al presidente Pedro Sánchez.
Esta situación puso en alerta a la Cancillería ucraniana, que temía que este tipo de atentado pueda reproducirse en otros países. Y así ocurrió, en diferentes escalas.
De acuerdo a lo informado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, varias de sus embajadas recibieron entre el jueves y el viernes cartas amenazadoras, algunas de ellas empapadas en “sangre” o con ojos de animales dentro, mientras que en algunas se recibieron amenazas de bomba que fueron comprobadas como falsas.
En efecto, los paquetes empapados en un líquido de color y olor característicos de la sangre fueron enviados a las embajadas en Hungría, Países Bajos, Polonia, Croacia e Italia; a los consulados generales en Nápoles y Cracovia; y al consulado en Brno, de acuerdo al portavoz Oleg Nikolenko, citado por Reuters.
«Estamos estudiando el significado de este mensaje», sostuvo el funcionario, quien informó que se han reforzado todos los controles.
También están en alerta los gobiernos de Europa, porque todos los paquetes fueron enviados desde naciones del continente, y tuvieron diversos objetivos. En el caso de España, uno tenía como destinatario a Sánchez y fue detectado en el Palacio de la Moncloa; otro apuntaba al Ministerio de Defensa; otro a una fábrica de armas proveedora de Ucrania; una más a instalaciones militares; y más tarde se verificó una en la Embajada de los EEUU en Madrid, incluyendo un artículo periodístico que criticaba a Ucrania.
Además, fue vandalizada la entrada al piso del embajador ucraniano en el Vaticano, donde dejaron heces humanas; y se recibió una amenaza de bomba en la sede diplomática en Kazajistán, que finalmente fue descartada por las autoridades.
(Con información de Reuters)