Durante los últimos cuatro años, el número de niños que trabaja ha aumentado en 8,4 millones, señala un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), publicado este jueves. Las últimas estimaciones mundiales indican que el número de niños en situación de trabajo infantil ha aumentado a 160 millones en todo el mundo, un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años.
Este informe advierte que el progreso mundial para poner fin al trabajo infantil se ha estancado por primera vez en 20 años. El número de niños de 5 a 17 años de edad que realizan trabajos peligrosos, definidos como trabajos que pueden dañar su salud, seguridad o moralidad, ha aumentado de 6,5 millones a 79 millones desde 2016.
En África subsahariana, el crecimiento de la población, la pobreza extrema, y las medidas de protección social inadecuadas han llevado a 16,6 millones de niños más en trabajo infantil durante los últimos cuatro años, explica el documento.
Los choques económicos adicionales y el cierre de escuelas causados por covid-19 significan que los niños que ya están en trabajo infantil pueden estar trabajando más horas o en condiciones que empeoran, mientras que muchos más pueden verse forzados a las peores formas de trabajo infantil debido a la pérdida de empleo e ingresos entre familias vulnerables.
El informe advierte que, a nivel mundial, 9 millones de niños más corren el riesgo de ser empujados al trabajo infantil para fines de 2022 como resultado de la pandemia. Los niños en situación de trabajo infantil corren el riesgo de sufrir daños físicos y mentales.
El trabajo infantil compromete la educación de los niños, restringe sus derechos y limita sus oportunidades futuras, y conduce a ciclos viciosos intergeneracionales de pobreza y trabajo infantil.
Publicado en cooperación con Newsweek