Los enfrentamientos entre los grupos armados palestinos, que lanzaron más de mil cohetes hacia territorio israelí, e Israel, que bombardea intensamente la Franja de Gaza, dejaron más de 50 muertos y hacían temer este miércoles una “guerra a gran escala”.
Israel despertó el miércoles con daños considerables que no se veían desde la guerra de Gaza de 2014, con casas y coches destrozados. Hasta ahora los enfrentamientos dejaron al menos 48 muertos en Gaza —entre ellos 14 niños y tres mujeres—, a los que se suman dos palestinos fallecidos en Cisjordania ocupada y cinco israelíes.
La violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este, anexionado por Israel en 1967.
La preocupación crece en la comunidad internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU se prepara para otra reunión de emergencia el miércoles.
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par turco, Recep Tayyip Erdogan, llamaron este miércoles a la “desescalada”, igual que lo hizo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, mientras que el enviado de la ONU para Oriente Medio, Tor Wennesland, advirtió del riesgo de una “guerra a gran escala”.
Por su parte la Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que pueden haber “posibles crímenes” cometidos en el conflicto. El miércoles el ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo durante una visita a la ciudad israelí de Ascalón que “el ejército seguirá atacando para garantizar una calma total y duradera” y aseguró que “solo cuando hayamos alcanzado este objetivo podremos hablar de tregua”.
Israel ha lanzado cientos de ataques aéreos contra el enclave palestino de Gaza, controlado por Hamás, dirigidos a lo que el ejército describe como emplazamientos militares palestinos. Además del creciente número de muertos, más de 300 palestinos resultaron heridos, y muchos fueron rescatados de las ruinas de los edificios. Del lado israelí, más de 100 personas resultaron heridas.