Mientras Rusia empieza a avanzar una vez más en el este de Ucrania, el presidente de ese país, Volodímir Zelenski sigue instando a sus aliados occidentales a acelerar el envío de armas, tanques y aviones para reforzar las defensas.
Hasta el momento, EEUU comprometió 31 unidades de sus tanques de última generación M1 Abrams; y Alemania mandará 14 tanques Leopard 2, además de permitir que otros países que los posean puedan enviarlos, tal es el caso de Polonia y ahora también de España.
En las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que los tanques alemanes en manos del ejército español pudieran ser destinados a Ucrania, y eso parece haberse confirmado este martes.
Citando fuertes gubernamentales no identificadas, el diario El País reveló que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene decidido el traslado de entre cuatro y seis tanques Leopard 2, dependiendo del estado en el que se encuentren las unidades almacenadas y de cuántos otros finalmente aporten los demás países.
De acuerdo a las estimaciones del ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, entre 120 y 140 carros de combate podrían llegar a Kiev desde 12 países aliados en una primera etapa. Entre ellos habrá también una cantidad no especificada de Challenger del Reino Unido y de Leclerc, de Francia.
Por supuesto, Rusia criticó fuertemente esta asistencia por parte de la OTAN y de Europa, pero minimizó su efecto, asegurando que todo este armamento no logrará cambiar el curso de la guerra, que a finales de este mes cumplirá un año.
NUEVO PAQUETE MULTIMILLONARIO
Mientras tanto, EEUU está preparando un nuevo paquete de asistencia económica y armamentística para Ucrania, que podría ascender a US$ 2.000 millones e incluiría misiles de mayor alcance, según lo informó Reuters en base a fuentes del Gobierno de Joe Biden.
En efecto, explicaron que US$ 1.725 millones provendrían del fondo llamado Iniciativa de Asistencia a la Seguridad de Ucrania (USAI), gracias al cual la administración Biden puede comprar y enviar armas de proveedores privados en lugar de sacarlas de su propio arsenal.
Con esos recursos, EEUU podría comprar la Ground Launched Small Diameter Bomb (GLSDB), una nueva y poderosa arma desarrollada por Boeing, que ostenta un alcance de 150 kilómetros. Ucrania había pedido la adquisición del misil ATACMS de 297 kilómetros de alcance, que le permitiría llegar a objetivos hasta ahora inaccesibles y hacer daño detrás de las primeras líneas para desorganizar la avanzada. Pero EEUU lo rechazó.
Además, con ese dinero se comprarían “más componentes para las defensas aéreas HAWK, sistemas contra drones, radares de contraartillería y de vigilancia aérea, equipos de comunicaciones, drones PUMA y piezas de repuesto para sistemas importantes como Patriot y Bradley”, detalló Reuters, y agregó también alcanzaría para equipos médicos para dotar tres hospitales de campaña donados por otro aliado.
A todo esto, se sumaría también un refuerzo para el sistema de defensa Patriot, considerado el más eficiente del mundo, el cual ya fue entregado a Zelenski con una ampulosa ceremonia en Washington.
Otros US$ 400 millones (que completarían los más de US$ 2.000 millones mencionados) se sacarían de la Autoridad Presidencial de Repliegue, que permite al presidente tomar de las reservas actuales de EEUU en caso de emergencia. Esto, explicaron, tendría como objetivo llevar a Ucrania vehículos resistentes a las minas y protegidos frente emboscadas (MRAP), sistemas guiados de lanzamiento múltiple de cohetes (GMLRS) y más municiones.
