El Instituto Nacional de Estadística (INE) de España presentó este miércoles un preocupante informe sobre la inflación. De acuerdo a los datos publicados, el índice de precios al consumidor (IPC) llegó al 1,8% mensual en junio, lo que llega al 10,2% en comparativa anual, una cifra récord desde abril de 1985.
La cifra de doble dígito alarma a las autoridades españoles, pues es mucho mayor de lo previsto, además de ser más alta a la registrada en mayo (8,7%) y en abril (8,3%).
«Sabíamos que el efecto de los cortes de gas de Putin se iba a trasladar a la evolución de los precios en la vida de nuestro país», dijo en la radio Cadena Ser el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien reconoció que los datos de inflación «son malos».
A pesar de las medidas aplicadas por el Gobierno, la categoría alimentos y bebidas y los precios de los combustibles fueron los que más aumentaron en el último tiempo. Según los técnicos del INE, “esta evolución se debe, principalmente, a la subida de los precios de los carburantes, mayor este mes que en junio de 2021, así como de los alimentos y bebidas no alcohólicas, frente a la estabilidad registrada el año anterior”.
Hace meses que España, como tantos otros países del mundo, afronta una batalla contra la inflación que parece estar perdiendo. Tras las restricciones provocadas por el Covid-19 y las consecuencias de la guerra de Ucrania, el socialista Sánchez no puede contener el alza de los precios. Ni el plan de ayudas directas por 6.000 millones de euros (6.320 millones de dólares) lanzando el pasado mes de marzo da tregua a los hogares y las empresas. Además, el sábado pasado, el Gobierno anunció un nuevo plan de ayudas directas, de 9.000 millones de euros (9.460 millones de dólares), para amortiguar las consecuencias económicas del conflicto bélico.
“Esto demuestra la gravedad de la situación, la idoneidad de las medidas y la necesidad de seguir tomando más medidas”, afirmó el mandatario español.
