La senadora estadounidense Kamala Harris hizo historia ayer al aceptar la nominación del Partido Demócrata para la vicepresidencia de Estados Unidos y convertirse oficialmente en la primera mujer afro y asiático-americana de su país en formar parte de una fórmula presidencial.
Harris fue directa: apeló al variado electorado de su partido diciendo que la presidencia de Donald Trump ha llevado al país a un «punto de inflexión» y le imploró a los estadounidenses que el 3 de noviembre elijan a Joe Biden como su nuevo presidente. También acusó al actual mandatario de un liderazgo fallido que ha costado vidas y medios de vida durante la pandemia.
«El caos constante nos deja a la deriva, la incompetencia nos hace sentir miedo, la insensibilidad nos hace sentir solos. Esto es demasiado», dijo la senadora y exfiscal de California desde un centro de conferencias en la ciudad natal de Biden, Wilmington, en el estado de Delaware, en gran parte vacío debido al brote de coronavirus.
«Debemos elegir un presidente (…) que nos una a todos, negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas, para lograr el futuro que queremos de forma colectiva. Debemos elegir a Joe Biden», dijo.
El expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, pronunció un discurso justo antes de Harris en el que lanzó una dura reprimenda a su sucesor republicano, diciendo que Trump ha utilizado el poder de su cargo tan sólo para «beneficiarse a sí mismo y a sus amigos».
Obama, cuyo vicepresidente fue Biden entre 2009 y 2017, dijo que inicialmente había esperado que Trump se tomara el trabajo en serio: «Durante casi cuatro años no ha mostrado ningún interés en hacer su trabajo, (…) ningún interés en tratar la presidencia como algo más que otro ‘reality show’ para conseguir la atención que anhela», dijo.
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